Hace unos días fue lanzado un juego muy esperado aunque no exento de polémica. Presentado en varias ferias internacionales, We Happy Few siempre nos dejaba con ganas de más. Su distopía malrollera (como todas, claro) nos mostraba un mundo donde ser feliz es obligatorio, no pudiendo mostrar otra emoción y para ello recurriremos al uso de unas máscaras un tanto... especiales, además de una droga (¿El Soma?). Naturalmente el juego no tendría sentido si nos limitásemos a ser el ciudadano modelo ¿no?
Pues como veis, saltarse el júbilo tiene consecuencias. ¿Podremos sobrevivir en este mundo de "fantasía"?
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