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[Análisis] Hades

Escribir análisis de videojuegos cada vez es más complicado. Tanto por la eterna pereza que invade la redacción de este vuestro blog, claro, como por esa tendencia a compararlo todo que, queramos o no, siempre se cuela aquí o allá. Y no me refiero solo al ya convertido en meme 'X es el Dark Souls de los [inserte tipo de juego]', sino a cosas tan tontas como enfrentarnos a un nuevo producto comparándolo con uno del mismo palo que causara un gran impacto, por injusta o involuntaria que sea esa comparación: jugar a un metroidvania pensando en Hollow Knight, a un mundo abierto con Breath of the Wild o The Witcher 3 en la cabeza, o a juegos de puzles con la saga Portal acechando es claramente ventajista y algo estúpido, pero también inevitable hasta cierto punto. Y si nos metemos en el terreno del rogue-like/rogue-lite, ya ni os cuento: que si The Binding of Isaac, que si Nuclear Throne, que si Dead Cells... en fin, que todo este rollo viene a que tras haberle metido cuarenta horas en una semana, unas noventa totales según me dice Steam ahora mismo, y habida cuenta de que no me canso de jugar pese a tenerlo casi todo hecho, mucho me temo que, a partir de ahora, Hades va a ser mi nuevo tótem a la hora de comparar.



Voy a dejarme de rodeos, y decirlo a las claras: Hades es mi GOTY de este año. Es más, diría que Hades es EL GOTY de este año. ¿Porque es el mejor juego del año? No; bueno, sí para mí. Pero me refiero a que es, literalmente, EL JUEGO de 2020. ¿Encarnar a un personaje en su intento de salir de la casa en la que está encerrado, fracasar miserablemente una y otra vez, y empotrarse contra la certeza de que salir puede llegar a ser imposible? Dudo mucho que haya mejor reflejo videojueguístico de 2020. Es un juego cimentado y caracterizado por afrontar el fracaso con entereza, sabiendo que hagas lo que hagas, acabarás volviendo al pozo, y aun así no cejar en el empeño. Y os aseguro que no me he calentado ni un poco.

Y sí, soy muy consciente de que los personajes de Hades son en su mayoría (semi)dioses, pero a poco que conozcáis la mitología griega sabréis que el fracaso y las malas decisiones son su motor fundamental (aunque los constantes calentones de Zeus se lleven la palma y la fama). Y son justo esos personajes los que le dan a Hades su toque. Porque darle la etiqueta de rogue-like/rogue-lite es tan práctico y sencillo como lógico (llegas, mueres, mejoras, y repites), pero sería quedarse en la superficie. Los juegos de ese estilo suelen centrar sus esfuerzos en la dificultad, el diseño de niveles, y en la parte más "agresiva" de la jugabilidad, obligando al jugador a estamparse una y otra vez contra un muro hasta que este cae para que pase el siguiente; además, suelen dejar la zona inicial como una suerte de menú interactivo donde elegir el personaje y/o el equipo que usaremos en la siguiente run y poco más (buenos ejemplos de ello son Dead Cells o Enter the Gungeon).

Hades, sin embargo, convierte esa zona de paso en el pilar fundamental de su narrativa. Porque sí, la gente de Supergiant Games se ha empeñado en que Hades sea un rogue-like con historia y desarrollo de personajes, ¡y lo ha conseguido! Cada intento de fuga fallido nos recompensará (pullita de nuestro padre aparte) con nuevas posibilidades de conocer a los inquilinos de la Morada de Hades, que reaccionarán a nuestros éxitos y fracasos y, con el paso de las horas y las partidas, acabarán siendo más que meros modelos dibujados a mano: por poner un par de ejemplos, el ahora sombrío Aquiles, reducido a poco menos que un guarda jurado de pasillo, ya no será ese señoro apoyado en una pared, sino lo más parecido a un padre o un tutor que ha tenido Zagreo hasta ese momento; la hacendosa Dusa, una cabeza de gorgona flotante, pasará de ser la tímida doncella que limpia el palacio a una íntima amiga. Incluso tendremos oportunidad de socializar con algunos de los residentes más célebres del Inframundo durante las propias fugas, como Sísifo o Eurídice. Y como sé que os lo estáis preguntando sí, es posible tener Pimba Pimba con algunos de ellos.

You can pet THE DOGST in Hades

¿Y el combate qué? Frenético, divertidísimo y muy satisfactorio, gracias. Entre seis armas a elegir (metralleta incluida porque por qué no), el favor de los dioses olímpicos y la posibilidad de usar los peligros del escenario a nuestro favor, el caos está asegurado. Todas las armas tienen un ataque estándar y uno especial, todas son interesantes, y no hay ninguna que esté especialmente rota (bueno, igual los cestus un poco excesivos sí son, que puedes llegar a ser un Hulk hasta las cejas de drogaína); además, cada una cuenta con cuatro aspectos desbloqueables distintos, que cambian por completo tu estilo de juego con esa arma (por ejemplo, lo más normal a la hora de usar el escudo será bloquear y tirar de especial para lanzar el disco cual Capitán Hélade; sin embargo, el segundo aspecto permite multiplicar los escudos lanzados tras golpear con una carga).

Para desbloquear esas armas, tendremos que emplear algunos de los diversos objetos obtenibles durante las runs. Y son bastantes, la verdad: oscuridad para mejoras pasivas (más salud, más vidas extra, ataque arrojadizo), gemas y diamantes para mejoras de entorno (sean decorativas para la morada, sean para poder alargar nuestras partidas, como fuentes curativas a mitad y al final de cada fase), llaves para desbloquear nuevas pasivas y armas, o sangre de titanes para mejorarlas y desbloquear sus aspectos alternativos. Además de esto, tendremos néctar para afianzar nuestra relación con los personajes pertinentes, y ambrosía para llevarla al siguiente nivel. Y como complemento a esas armas, contaremos con el favor de los dioses olímpicos, que modificarán nuestras capacidades ofensivas otorgándonos habilidades afines a ellos: rayo de Zeus, mareas de Poseidón, el engatusar de Afrodita (el juego lo llama 'Débil', pero todos sabemos de qué va la vaina)...

Todo esto a lo largo de cuatro biomas distintos, en cuya salida nos espera el jefazo de turno. Y hasta en esto Supergiant Games ha tenido un golpe de narrativa genial: cuando los hayamos derrotado determinadas veces, estos jefes (contratados para la ocasión por Hades, que se deja una pasta en arreglar nuestros estropicios) cambiarán su rutina, bien dejando su sitio a versiones más fuertes, bien siendo sustituido por otro distinto (cosas del funcionariado y el dedazo y eso), o incluso, en el caso de Timón y Pumba, empezando una suerte de arco secundario donde se distanciarán antes de aprender a trabajar en equipo.

¿Ornstein y Smough? No, nosotros nos llamamos Tipos De Incógnito

Pasando a lo artístico, que me estoy enrollando muchísimo y no quiero que quede esto demasiado largo, viendo el tráiler y las capturas os podéis hacer una idea de lo BONITO que es. Cada personaje es único y perfectamente reconocible, los escenarios tienen mil y un detalles, y todo luce un cariño apabullante. A esto ayuda una banda sonora para la que, como suele ser habitual en los juegos de la casa, todos los halagos son pocos, mezclando tintes "griegos" (liras y flautas) con el guitarreo más rock en los combates más bestias.

Un pequeño pero que ponerle es la localización al español, muy buena en general, pero con fallos aquí y allá que ensombrecen un por lo demás excepcional trabajo: fallos de concordancia, errores ortotipográficos, alguna mala traducción, alguna cosa sin traducir... Eso sí, por lo que he podido ver en sucesivas partidas, algunos ya han sido arreglados.


Empecé el análisis con noventa horas de Hades a mis espaldas, y todo lo importante ya hecho. Y lo acabo con cerca de ciento cuarenta, y grindeando recursos para desbloquear cosas secundarias, solo porque sé que habrá algún comentario de algún personaje al respecto. Y porque aún surgen diálogos nuevos y eventos que no he visto. Y porque es tremendamente divertido, y el mejor rogue-lite que me he echado a la cara. Juego del año, lo mejor de Supergiant, y va directo a compartir el huequito de mi kokoro gamer que hasta ahora ocupaba Hollow Knight en solitario.


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