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[Análisis] Brothers - A Tale of Two Sons

Sé que lo había prometido para la semana pasada, pero mejor tarde que nunca. Entended que si La Pila de videojuegos sobre nuestra mesa ya comienza a ser inabarcable, sumarle análisis de juegos que ya nos hemos pasado y nos impresionaron lo suficiente como para querer hablar de ellos a todas horas la magnitud del problema es muy superior a nuestro tiempo para escribir. Brothers - A Tale of Two Sons es uno de estos últimos, y si en más de una ocasión he manifestado mis ganas de hacer un análisis del mismo ya os habréis imaginado que no voy a decir que es un juego del montón. Es más, aunque la motivación para hacerlo ahora fue en un primer momento el anuncio de A Way Out en el reciente E3 (juego del mismo director que tiene también muy buena pinta), en estos instantes no es otra que hacer la labor de gigantesca valla publicitaria que dice "1,49€ en Steam. ¡Compra! ¡Compra! ¡Compraaaa!". 




Brothers es uno de esos juegos que impresiona en todos los sentidos. Personalmente se me hace muy complicado recordar un juego que me haya calado tanto. La primera vez que lo vi en el E3 2013 me dejó un buen sabor de boca, aunque dada la naturaleza de este tipo de obras muchas veces resulta complicado mantenerse al día de su evolución a no ser que tengas un ojo dedicado expresamente a seguirles la pista. A priori, parece un juego de aventuras y puzles con unos bonitos gráficos. Una vez que empiezas a jugarlo, ves que hay mucho más detrás...

En su inicio se nos presenta una familia destrozada por la tragedia: un niño que ve morir ahogada a su madre. Por si fuera poco, con el trauma todavía reciente, el padre cae enfermo de gravedad y su vida queda en las manos de la pobre criatura y en las de su hermano mayor, a los cuales se les encomienda conseguir un agua mágica de un lejano árbol para sanarle. Con esta premisa el juego nos sumergirá en el viaje de los dos hermanos para conseguir el remedio con el que evitar que su padre caiga en las garras de la muerte, y si bien durante buena parte del juego nos olvidamos de que el pobre hombre está poco menos que agonizando, en sus compases finales comprobaremos que no era una simple introducción sino el pilar central sobre el que se asienta esta magnífica creación.


Porque como veremos Brothers es la suma de muchas cosas, y a nivel de historia es donde más lo notamos. A parte de la historia principal que acabamos de ver, también tenemos otras mini-tramas secundarias. Pequeñas viñetas de la vida de personajes con los que nos cruzaremos por el camino y que aportan toques de cruel realidad opuesta al aire preciosista que irradia el juego. Unos "toques chungo" (pero que muy chungos oigan) que en un juego tan delicado como este provoca un choque impactante. Consigue que no nos empachemos de buenismo y que si al final soltamos alguna lagrimilla no sea por pasteleo innecesario sino por el reflejo de la vida misma que supone, recordándonos cosas que a veces se nos olvidan. Hay maravillas inimaginables y belleza por doquier, pero también crueldad y tristeza.


Dejando a un lado la discusión filosófica, hay que decir que Brothers - A Tale of Two Sons es, ante todo, lo que su propio título indica: el cuento de dos hijos. Como se suele decir, en ocasiones lo importante no es tanto el destino sino el propio camino, y el juego es un intenso viaje en el que la relación de los dos hermanos es el principal punto a tratar. Su jugabilidad da cuenta de ello; ya juguemos con jostick o con teclado (en mi caso me salté a la torera la * NOTA: PARA JUGAR A ESTE JUEGO SE NECESITA UN MANDO * y no tuve demasiados problemas), un único jugador tiene que controlar a los dos protagonistas a la vez, uno con cada mano. Dichos personajes tienen distintas características físicas que hacen que en casi todos los puzles sea necesaria la intervención específica de uno o del otro. Aparte, durante las 4 horas que dura el juego ambos darán muestras de dos personalidades bien diferenciadas cuando interactuamos con el entorno. De esta manera, notamos que en cada mano tenemos dos personitas distintas, cada una con sus fortalezas y debilidades, con un algo que las hace únicas. Y ambas son tan nuestras como las manos con las que las controlamos.


El diseño de los niveles es, simplemente, perfecto. Los puzles son por lo general claros, relativamente sencillos y en total concordancia con el escenario en que nos encontremos en cada momento. Al existir una gran variedad de escenarios, como ciudades, minas, bosques, montañas, ríos y muchos más, no nos resultará monótono o repetitivo en ningún punto.

Dichos escenarios son a su vez de una belleza impagable. El estilo artístico tipo cartoon puede resultar poco llamativo en algunos niveles más grises (como en las minas) pero es absolutamente precioso en los más luminosos y coloridos. De hecho, tan seguros estaban sus creadores de lo que estaban haciendo que colocaron varios bancos a lo largo de la aventura para que nos sentemos en ellos a hacer un alto en el camino y disfrutemos del paisaje.

¿Algo más que añadir? Pues sí, la música. Una banda sonora como esa brilla allá donde la pongas, pero aquí está acompasada con cada situación para despertar los sentimientos que requiera la escena. Sólo hace falta ver el trailer para hacerse una idea.


Como imaginaréis, a estas alturas del análisis no puedo hacer otra cosa que no sea recomendárselo a todo el mundo. Brothers - A Tale of Two Sons es un cuento, pero un cuento al estilo antiguo: muy bonito pero sin edulcorar. Me gustaría hablar mucho más de él, pero para mi desgracia no me veo capaz de hacerlo sin entrar en tremendos spoilers. Es corto, os dejará con ganas de más, pero oiréis una voz en vuestra cabeza  que os dirá que alargarlo no sería una buena idea. Hay que jugarlo poquito a poquito, saboreando cada momento, contemplando el paisaje, y estableciendo un vínculo con y entre los dos hermanos. En definitiva, es un juego que hay que disfrutar. No os arrepentiréis.


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