Hace unos días os conté algunas cosillas sobre RetroAchivements, la forma que tenemos que añadir logros a nuestros juegos antiguos, y ¿qué mejor forma de estrenarlo que con el primer Kirby de la historia? ¿Sigue estando fresco o ya no merece la pena? Lo veremos en este retroanálisis.
Kirby empezó sus andanzas por DreamLand de una forma poco ortodoxa ya que, en su origen, ni tan siquiera era rosa. Aprovechando la ausencia de color de la primera portátil de Nintendo, dejaron de lado la decisión del color del personaje principal de este título, personaje que terminaría por convertirse en uno de los más icónicos de la compañía.
Kirby’s DreamLand nos propone un juego portátil, pequeñito, sin forma de guardar la partida ni tampoco contraseñas que nos permitan saltarnos niveles. Completable en media hora ya cuenta con casi todos los elementos con los que nos encontramos en los juegos más modernos de la bolita rosa. Echaremos en falta, eso si, la capacidad de nuestro personaje de adoptar poderes cuando se traga a enemigos concretos ya que esto no llegará hasta su segunda aventura, esta vez en la NES.
El juego principal se completa de manera muy asequible (no así sus trofeos relacionados) pero un juego desarrollado por el maestro Sakurai no podía quedarse en un simple paseo. Al terminarlo por primera vez nos explicarán como acceder al modo extra, una dificultad infernal donde no sólo tendremos mucha menos vida, también cambiarán los enemigos, sus patrones y, en general, todo excepto el escenario, lo que convertirá nuestro “paseo” en todo un reto.
Gráficos de GameBoy que no tienen nada que envidiar a los modelos posteriores. Ya tenemos a todos los habitantes habituales de DreamLand con su aspecto rechoncho y blandito y animaciones cuidadas. En general, de esos juegos que no envejecen. Musicalmente lo mismo, podríamos estar ante un juego recién lanzado y no nos extrañaría.
En definitiva estamos ante un título plenamente disfrutable, recomendable, de hecho, para todos los que quieran conocer un poco de los videojuegos hace 30 años. Debido a las limitaciones del cartucho y la máquina no podía ser mucho más largo en su modo normal y, quizá, su modo extra es excesivamente desafiante, pero no deja de ser grato encontrarnos con un juego que sentó las bases de un personaje que nos ha venido acompañando desde entonces.
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