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[Indie Avances] Reventure

[ACTUALIZACIÓN 7/V/19] La gente de Pixelatto ha decidido, tras el feedback de la comunidad, cambiar el título del juego por Reventure, para evitar malentendidos sobre el tipo de juego que es, y problemas con cierto héroe vestido de verde y de nombre similar. Así que aquí hacemos lo propio.

Que en un solo año se lanzan más juegos de los que podremos llegar a jugar en toda nuestra vida es un hecho. Generalmente uno se centra en los dos o tres lanzamientos gordos y unos cuantos juegos más que le llamen la atención. Incluso siguiendo de cerca el panorama indie, la cantidad es tal que siempre se te pasan unos cuantos. Una verdadera pena, porque hay auténticas joyas ocultas que por hache o por be no reciben su justo reconocimiento por el hecho de no ser lo suficientemente mediáticas. Menos mal que existe gente como Pazos para darlos a conocer, así que gracias a él (y a los creadores del juego, obviamente) hoy podemos presentaros Reventure.


Empezando con las comparaciones obvias, Lonk es un muchacho pixelado al que se le encomienda la misión de ir a rescatar a una princesa. Es peligroso ir por ahí solo y todo eso. Lo que ocurre es que las cosas suelen ser un poco más complicadas, porque la gente normal no tiene tanta suerte como el repelente y cuasi perfecto Link. Así, la aventura comienza y... termina, de una u otra forma. Pero vuelve a empezar, y tenemos una nueva oportunidad. Y otra. Y otra más. Todas las que queramos, en realidad. Existen unos 100 finales diferentes y, como podréis suponer, la gracia del asunto está en hacerse con todos. El juego está en early access, por lo que todavía se reciben actualizaciones con nuevos finales y objetos, más aspectos para el personaje y mejoras gráficas.

Reventure mezcla con gran acierto unas mecánicas de juego de aventuras, una gran variedad de opciones y elecciones que lo acercan a los juegos de toma de decisiones, una violencia con algo de gore disimulado por una estética pixel, y un humor desbordante que consigue ensamblarlo todo. Así, podríamos decir que el principal fin del juego es, como dice la juventud, buscar los loles, utilizando para ello todas las posibilidades que nos ofrece juego.


Al igual que nos ocurría en juegos como Minit o Reigns, con los cuales encontramos muchas semejanzas en cuanto al planteamiento del juego, tenemos a nuestra disposición un mismo escenario una y otra vez, ya que cuando morimos volvemos a empezar tal cual estábamos. Más o menos, ya que existen ciertas variaciones que se encuentran perfectamente hiladas. Cada vez que morimos o quedamos malheridos pasa un tiempo hasta que volvamos a poder tenernos en pie para continuar la aventura o hasta que un familiar cercano toma el testigo, hecho que se recoge en un calendario para que seamos conscientes de lo mucho que se está demorando el rescate de la princesa por andar equivocándonos más de la cuenta.

Los finales son muy variados y no todos implican muerte o violencia. No entraremos aquí a destripároslos. Lo que sí podemos decir es que cuando obtienes uno de ellos aparece una animación y un texto explicativo que no se corta la lengua al meterse con la saga familiar de Lonk para posteriormente indicarnos el porcentaje de jugadores que han obtenido ese final y desbloquearlo en el muro. En ocasiones durante el viaje encontraremos pistas algo vagas sobre finales que no hayamos desbloqueado y que se mostrarán también ahí o en el menú.


En cuanto al manejo como tal de nuestro personaje, no podría ser más fácil. Dos botones para moverse de izquierda a derecha, uno para saltar y otro para usar los objetos que nos encontremos durante el recorrido. Cuando dispongamos de varias cosas, pulsar el botón de "usar" valdrá para usar cada una de ellas dependiendo de la situación. Curiosamente la gestión de inventario (o no gestión de inventario, depende de cómo se mire) supone una mecánica muy interesante en sí misma. No podemos tirar del inventario los objetos que cojamos y no queramos usar más, pero al mismo tiempo ir cargados de cosas supone perder potencia de salto.

Así, con coger tan sólo una espada o un escudo ya habrá sitios donde no lleguemos, aunque sea por un poco. Vuelves en otra ocasión sin ellos pero al avanzar más descubres que necesitas algún objeto diferente para encontrar otro final. Es decir, si  al principio podemos permitirnos ir de un lado para el otro como un pollo sin cabeza buscando nuestro destino, poco a poco tendremos que ir planeando nuestra ruta.


Aunque no hablamos de un mundo especialmente grande, la multitud de posibilidades existentes hacen que siempre encontremos nuevas rutas y caminos. Tenemos unas cuantas áreas bien diferenciadas, desde profundidades con dragones a castillos oscuros, cada una de ellas con decenas de opciones. No sólo es que para superar ciertos obstáculos debamos tener tal o cual objeto en nuestras manos, sino que además existen multitud de caminos secretos tras las paredes que sólo se hacen visibles cuando entramos en ellos.

Y hablando de escenarios, es más que destacable el cambio en la música que se producen al moverse entre ellos, todas ellas deliciosas. Es una música que no sólo encaja con el escenario en cuestión, sino también con la estética del juego: de píxel gordo podríamos decir. Para haceros a la idea, la altura media de un personaje es de 5 píxeles, lo cual resulta fascinante cuando te percatas de los detalles que tienen siendo tan pequeños. A medida que vamos consiguiendo finales el aspecto de Lonk cambia, y las animaciones del personaje también. Personalmente, me encanta cuando agitan sus brazos (dos píxeles) mientras caen de una plataforma o ver cómo cada aspecto encaja con la historia que nos cuenta alguno de los finales; pese a su simplicidad me parece algo muy complicado de hacer.


Reventure consta de muchas historias cortas, pero su duración es muy superior a la de otros juegos indies del estilo: conseguir todos los finales puede llevarnos cerca de 10 horas. Aunque en ocasiones hemos hablado de cómo algunos juegos indies añaden horas sin necesidad para justificar su precio, lo cual acaba jugando en su contra, la estructura de Reventure permite alargarlo todo lo que uno quiera, por lo que no se nota ese desgaste.

Es un juego perfecto para jugar en pequeños ratos, si bien es cierto que cuando uno acaba una partida siempre le surgen ideas para llevar a cabo en la siguiente y resulta difícil contenerse. Lo tenéis completamente en castellano (sus creadores son españoles), así que podéis estar tranquilos, que no os perderéis ningún chiste por una traducción. Y por último, el precio: 4,99 €, toda una ganga. Básicamente no podemos terminar el análisis diciendo nada que no sea que si tenéis 5 € para gastar en videojuegos ahora mismo los empleéis en Reventure, porque será muy difícil que os arrepintáis.


Este análisis se ha realizado gracias a un código de Steam facilitado por Pixelatto.

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