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[Análisis] The Binding of Isaac: Four Souls

Hace unas pocas semanas os comentamos por aquí cómo habíamos participado en el Kickstarter de The Binding of Isaac: Four Souls y que tras unos meses de espera nos acababa de llegar. Como mostrábamos en el unboxing, la edición no tiene desperdicio, pero lo que todavía nos quedaba por ver era cómo se jugaba. ¿En qué consiste?


De primeras, para aquellos más familiarizados con los juegos de cartas, Four Souls podría encajar en la categoría de juegos como el Munchkin. Tiene unas mecánicas parecidas pero con diferencias notables que le dan un toque novedoso más allá de la ambientación de Binding of Isaac. El ganador es el primer jugador en conseguir cuatro almas (de ahí el nombre), y dichas almas se consiguen acabando con ciertos monstruos, para lo cual tendremos que ayudarnos de los objetos que vayamos consiguiendo, y teniendo en cuenta en todo caso a los compañeros, que pueden ayudarnos o todo lo contrario.

Hay que decir que la primera partida, como en todos los juegos, resulta algo confusa. No es difícil, pero surgen muchas situaciones que uno no sabe resolver adecuadamente sin buscar en las instrucciones, lo que hace más pesado el primer contacto. Además, es reseñable que varios de los puntos que encontramos "problemáticos" no estaban perfectamente reseñados en el manual físico o eran difíciles de encontrar, pero los resolvimos posteriormente en el manual web que está actualizado con todas las cuestiones que han ido presentándose a los jugadores.


La partida comienza descubriendo los personajes a los que encarna cada jugador y los objetos que estos llevan asociados. Aparte de estas, en el juego se usan otros tres tipos de cartas (convenientemente barajadas): las de monstruo, las de tesoro, y las de botín. De las dos primeras siempre quedan dos cartas al descubierto, de tal manera que cuando queramos luchar contra un monstruo o comprar un tesoro, podremos elegir entre malo conocido o bueno por conocer. El diferenciar tesoro y botín es una decisión muy acertada dado que mientras que las primeras son los objetos que le dan mayor vidilla al juego (activos o pasivos), los segundos son cosas de menor importancia como monedas, baterías, trinkets o cartas del tarot.

En el turno de cada jugador básicamente podemos comprar tesoros con monedas (todos cuestan 10) y enfrentarnos a monstruos, aunque ninguna de las acciones es obligatoria. Las peleas son interesantes, ya que aparte de los modificadores y objetos, el azar juega un papel importante. Cada monstruo (y cada jugador) tienen unos valores de vida y de defensa. Además, las cartas de monstruo indican la tirada de dado necesaria para hacerle daño y, en algunos casos, efectos que afectan al combate u otras acciones.


Por lo tanto, las luchas consisten en tirar el dado hasta que monstruo o jugador acaben muertos. Sin embargo, en cada tirada juegan multitud de factores. Los objetos pasivos añaden o restan a la tirada o al daño causado o recibido, principalmente. Y los objetos activos, que pueden hacer lo mismo o muchas otras cosas, se recargan al inicio del turno del jugador o con baterías (que son botín), por lo que tenemos que planificar cuándo es mejor usarlos. Ojo, que no sólo quien lucha puede usar estos objetos: el resto de jugadores puede usar los suyos para ayudar o perjudicar.

Aunque en nuestro caso fuimos bastante conservadores (el Munchkin es más restrictivo al respecto de qué se puede y qué no so puede hacer), las negociaciones en Four Souls son mucho más abiertas. Observando ejemplos de las instrucciones, se puede negociar con prácticamente todo. "Te quito uno de daño por 4 monedas. Te ayudo a vencer a tal monstruo por la mitad de su botín. Te sumo uno a la tirada y lo que ganas lo repartimos." Etc.


Como defecto, sí podemos decir que nos ha llamado la atención que no se haya incluido ningún tipo de marcador de alma, al menos en la edición que tenemos, sino que son las propias cartas las que sirven de marcador. No es una queja, pero si llama la atención es precisamente porque con el nivel de detalle del juego (contamos incluso con un dado de 8 caras para ir contando mejor la salud de los enemigos en los combates) la ausencia de un pequeño ítem o ficha para contar esto es extraña. ¡Con lo chulas que habrían quedado unas fichas con forma de almas! Sin embargo también entendemos que es una mecánica más, ya que existen monstruos que suben dos almas a la vez y de esta forma ciertas cartas que sirven para robar o quitar almas tienen el doble de efecto.

Las partidas no son especialmente largas una vez que se ha aprendido a jugar. Dependen también, lógicamente, del número de jugadores implicados. Aunque teóricamente las partidas serían de 2 a 4 jugadores, no recomendaría partidas de 2 (se puede, pero resultan más aburridas al sólo tener que controlar los movimientos de una persona) y no veo ningún problema en jugar hasta el doble de jugadores, teóricamente al menos. Hay personajes de sobra para todos, los mazos de cartas son suficientemente gruesos (más aún si añadimos las cartas extra de la edición dorada y tres cartas con almas adicionales que añaden un poco más de profundidad), y en caso de no haber monedas suficientes para todos se puede arreglar con céntimos de verdad o fichas.


Por último, y para concluir el análisis, si nos ha impresionado la semejanza de Four Souls con el videojuego. No ya sólo por el genial trabajo artístico de las cartas, que recogen todos los objetos y monstruos, sino por lo bien pensado de los efectos de cada una de ellas, de manera que la mayoría de los efectos son muy parecidos en ambos. Las baterías recargan objetos, las píldoras pueden ser buenas o malas (es el dado quien decide) y los tesoros y trinkets tienen efectos realmente similares dentro de lo posible. Four Souls nos ha parecido lo suficientemente divertido para jugarlo con regularidad, tiene su propia esencia tanto en jugabilidad como en objetos frente a juegos parecidos y se nota haber sido hecho con mimo. Así que si sois fans de The Binding of Isaac, evidentemente lo recomendamos.

Comentarios

  1. Una pregunta, quisiera jugarlo con mi familia, sin embargo, las cartas son en inglés, y ellos no saben mucho, el juego es muy dependiente del idioma? o puede ser compensado haciendo yo de traductor sin que se pierda o arruine algunas características del juego?. Saludos.

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    1. Hola Alexios. Como tal no me parece muy dificil de traducir; es un inglés fácil y con vocabulario típico de juego de cartas, y si no me equivoco casi todas las cartas con las que se juega se ponen boca arriba (con excepción de alguna suelta como monedas o baterías). Es decir, al contrario de lo que podría pasar en otros juegos no sería necesario andar enseñando cartas ocultas de la mano a otro jugador para que las traduzca. Sin embargo, jugar con gente que no controle mucho inglés probablemente haga que pierda un poco, ya que entre objetos, personajes, trinkets y enemigos puede haber muchas cosas que leer sobre la mesa, y supongo que da una ventaja al que sabe. Te recomendaría que le eches un vistazo a algún gameplay, probablemente te ayude mejor a hacerte una idea. Un saludo.

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  2. Una pregunta, quisiera jugarlo con mi familia, sin embargo, las cartas son en inglés, y ellos no saben mucho, el juego es muy dependiente del idioma? o puede ser compensado haciendo yo de traductor sin que se pierda o arruine algunas características del juego?. Saludos.

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