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6 meses con Nintendo Switch


La pequeñita de Nintendo cumple medio año y, tras ese tiempo, ya podemos hacernos un poco más a la idea de lo que nos ofrece, como para hablar de ella con más propiedad que en nuestras primeras impresiones. Por tanto ¿qué cosas nuevas nos aporta? ¿Merece la pena hacerse con una? ¿Es una portátil o una sobremesa?


En primer lugar tratemos de la consola en sí misma. Como todos sabéis, se trata de una pantalla LCD táctil de 6,2 pulgadas que, acompañada de un Tegra, es capaz de mover juegos de una alta potencia gráfica de forma excelente. Tiene un lector de sus propias tarjetas, una memoria interna de 32 Gb y posibilidad (y necesidad) de ampliarla con microSDs. Esta "pantalla" puede servir para jugar de forma autónoma y "portátil" o conectarse a una base que, además de carga, nos permite trasladar la acción a la televisión, perdiendo, eso sí, las capacidades táctiles de la consola.
Además de este núcleo básico tiene la joya de la corona, y a lo que menos importancia se le dio en un principio, los joycon, ese mando separado en dos, que se conecta a ambos lados de la consola pero que también pueden funcionar de forma autónoma. Son una auténtica maravilla de la técnica, lo que el Wiimote tenía que haber sido y no fue. Con una enorme cantidad de sensores y actuadores en un espacio tan pequeño y cómodo de manejar. No pesan absolutamente nada y responden de maravilla. Implementan lo que Nintendo ha dado en llamar vibración HD, de la que no os puedo hablar mucho porque, al no disponer de 1, 2, Switch (el juego que mejor la aprovecha en su jugabilidad) no me atrevo a hablar mucho de ella.


Con estos manditos, Switch se convierte en la única consola actual que permite 2 jugadores con su pack básico. Es cierto que esta afirmación tiene un poco de trampa porque no todos los juegos se pueden manejar con un solo joycon, pero Nintendo está haciendo un trabajo fantástico al conseguir que la mayoría sí que lo sean.
Las diferentes configuraciones para el uso de los joycons permiten que cada persona se ajuste a su forma particular de juego. Habrá a quien le guste más el modo portátil, con los mandos unidos a la pantalla. Otros preferirán unirlos en un mando más tradicional, con sus cuernos y demás. Por mi parte, lo que más me gusta es jugar con ellos separados, sin esa unión por cable que tanto molestaba al conjunto Wiimote-Nunchuck: me parece una forma muy natural de jugar, y para todas las horas recorriendo Hyrule ha sido el mejor compañero.
Uno de los grandes aciertos respecto a estos mandos es que Nintendo recupera los sensores de movimiento que tanta frescura le proporcionaron a Wii. Yo espero que sepan jugar con ellos, de esa forma sutil pero muy meditada de la que ya hacían gala joyas como Mario Galaxy o Donkey Kong Country Returns. Esa pequeña agitación, utilizada como un botón más, volvía la acción mucho más inmersiva.
Por supuesto Switch también es compatible con un mando más tradicional, que incluye todos los sensores de los joycon pero en una construcción más robusta, con más batería e indivisible. Aún no me he hecho con uno porque, verdaderamente, no lo he echado de menos, algo que sí me pasó con WiiU.


Respecto al software, la consola viene vacía, como las antiguas prácticamente. Tiene Sistema Operativo porque... porque tiene que tenerlo, pero de momento le sirve de poco y, cada cosa que hace, la hace mal. Cosas como tener que iniciar sesión en la eShop, metiendo la contraseña una y otra vez, cada vez que entremos en su pestaña, aunque la acabemos de cerrar por error, no es un acierto por la seguridad, es una castaña muy molesta. El sistema de cuantificación de horas jugadas por juego, que tanto gustó a los jugadores de 3DS y WiiU, ahora se encuentra oculto y bastante complejo de entender en un primer momento. A la hora de borrar elementos descargados la consola cuenta con dos opciones sin una explicación muy clara de la diferencia entre ambas. Y, por supuesto, lo más grave, la imposibilidad de salvaguardar tus partidas sacándolas de la consola.


En la parte positiva, su "plagio" del botón share de PS4 o la función homóloga de Xbox One, funciona mejor en relación a las capturas de pantalla. Sólo lo pulsas y se guarda, ya cacharrearás con ella después, que ahora estás jugando. Eso es un punto muy a favor que notas, especialmente, cuando vuelves a PS4 después. Tiene un límite a las capturas que puedes obtener, y aún no graba vídeo, pero aún así, para mi sigue siendo un acierto la forma en que Nintendo lo ha abordado esta vez.
Las capacidades online siguen siendo uno de los puntos flojos de Nintendo, y parece que no aprenden. En esta ocasión han implementado un sistema de cuentas que funciona a medias respecto a cómo debería hacerlo. Sigue sin contener logros, sigue manteniendo los odiados códigos de amigo, aunque ya no son completamente necesarios para agregar a alguien, no proporciona apenas funcionalidad extra y sigue sin quedar muy claro cómo funcionan tus compras si adquieres 2 o más consolas. Muchas preguntas y la única resuelta es que el online será de pago; puestos a copiar, ¿por qué no copiar lo malo? Es cierto que no será un precio excesivo, pero si absurdo para el servicio que prestan. A ver en qué queda la cosa dentro de otros 6 meses, cuando ya esté activo.


Por último, no podemos olvidarnos de comentar lo que hace verdaderamente grande a una consola, o la hunde en el fango (al menos eso es lo que pasaría si la vida fuese justa): los juegos. A este respecto podemos decir que Switch vino, vio y venció. Recientemente Edge ha coronado a Breath of the Wild como mejor juego de la historia (de forma merecida como podéis comprobar por nuestro análisis), y ése ha sido, durante bastante tiempo, el único juego de Switch. Cierto es que no era exclusivo, y que también ha salido para WiiU, pero somos tan poquitos los que disfrutamos de esa injustamente despreciada consola de Nintendo, que es como si fuese exclusivo.
Y es precisamente su antecesora la que está marcando, hasta el momento, el catálogo de Switch. Nintendo está orgullosa de sus juegos, y tiene motivos para estarlo, por ello se ha dedicado en los primeros meses a lanzar remakes de WiiU para Switch. Si hubiesen sacado una consola retrocompatible, como siempre han hecho, no habrían tenido que hacerlo, pero era difícil meter un Blu-ray en una máquina más pequeña que el propio disco así que han recurrido a esta técnica. No voy a negar que a mi no me ha gustado, el precio de estos remakes es excesivo para los que ya disponemos de una copia en WiiU, pero con no comprarlos lo arreglamos. Lo que está claro es que la gente tiene que poder disfrutar de muchos de los imprescindibles que se quedaron en el tabletomando.


Ahora, tras estos 6 primeros meses, están empezando a salir juegos propios y sorprendentemente buenos. Me explico: el Mario + Rabbids podía haber salido muy mal, sobre todo con Ubi detrás, pero todo el mundo está hablando maravillas de él, un juego complejo aunque accesible para los nuevos jugadores, que engancha, fresco, divertido. En definitiva, un gran juego. Muchos están también contentos con ARMS y Splatoon 2, ahora que pueden aprovechar el online gratuito.
En el horizonte cercano tenemos Xenoblade 2, Fire Emblem Warriors o, como no, Super Mario Odyssey, que, como ya hizo Link, se está llevando todos los reconocimientos en los eventos internacionales. Y para el año que viene empieza lo fuerte, así que por eso no debemos preocuparnos.
Nintendo, eso si, está haciendo un uso masivo de la eShop, sin entender muy bien el mercado digital. Muchos de los juegos de Switch están saliendo exclusivamente en formato digital y a unos precios excesivos, tanto si son exclusivos como si no. Es verdad que, como pudimos ver en el Nindies del otro día, los juegos que permite lanzar en su tienda tienen una muy alta calidad pero el precio es un gran lastre para ellos. El precio, tanto en los físicos como en los digitales, es un gran lastre para esta consola.


Pero vayamos terminando, que os he soltado un rollo de alucinar. Sigo sin entender cómo ha habido esa locura inicial por esta consola, no merecía la pena y, de momento, sigue sin merecerla, aunque mejora su catálogo día a día. Actualmente sigue agotada en muchos lugares del mundo y no quiero ni imaginar qué va a ocurrir cuando lancen su Pokémon dentro de uno o dos años.
Deseo que Nintendo la siga considerando su sobremesa de referencia, sustituta de WiiU, pero no de 3DS. Una sobremesa que se puede transportar, pero no la unión de ambos negocios. Quiero que saquen una sucesora de 3DS porque la doble pantalla, y la robustez que proporciona el poder cerrarla, los materiales "a prueba de guerra", etc... la hacen una verdadera portátil. Switch se siente frágil y, no nos engañemos, tampoco es tan portátil. Para viajes bien, pero para sacarla a la calle... y sobre todo en España...
Hay que reconocerle a la Gran N que nos ha vuelto a sorprender y puede que haya vuelto a dar en el clavo de un producto que la gente no sabía que quería porque, de momento, triunfa de manera aplastante con una consola un poco a medio pensar. Nos vuelve a demostrar que esa potencia a la que aluden Sony y MS, y por la que tantas tonterías se hacen, no es necesaria, que los videojuegos son diversión por encima de su apartado técnico, y de eso Nintendo sabe un rato.
Ahora ya si que puedo recomendárosla como un buen deseo para la carta a los Reyes, con prevenciones, sobre todo si tenéis consolas actuales que, ahora mismo, están en pleno momento álgido de su catálogo. Pensadlo bien, valorad pros y contras, que ya se encuentran más o menos equilibrados y, si la queréis, id a por ella. No creo que baje de precio en mucho tiempo teniendo en cuenta que no vende más porque no hay más fabricadas.

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