Avanzamos en nuestro recorrido por la saga de los asesinos. Después de haber repasado las tres aventuras de Altaïr (Assassin's Creed, Altaïr's Chronicles y Bloodlines) cambiamos de época histórica, de localización geográfica y, por tanto, de asesino protagonista. También recuperaremos a Desmond Miles, protagonista en el presente, al que teníamos un poco abandonado al no aparecer en las entregas de portátiles.
De esta manera la acción, en el presente, nos traslada a los hechos inmediatamente posteriores al anterior título de la saga. Desmond deberá huir de Abstergo, luchando contra los templarios en su camino, además de probar el Animus 2.0 que sus nuevos amigos han desarrollado (que aún presenta algunos bugs).
Un punto curioso es que asistiremos al nacimiento de nuestro nuevo "antepasado", Ezio Auditore da Firence, al que acompañaremos en el trascurso de su vida durante unos cuantos juegos. Una vez vivido su nacimiento pasaremos directamente a su juventud como 'chulopiscinas' de Florencia, terror de las nenas y de la autoridad vigente. Pero esta vida acomodada no tardará en tornarse en una realidad más propia de Iñigo Montoya, con una venganza que cumplir.
Como no quiero desvelaros la trama (aunque imagino que a estas alturas muchos de vosotros ya la conoceréis), no daré muchos más detalles de la historia de este Assassin's Creed ya que es uno de sus puntos fuertes. A lo largo de nuestro recorrido por las tres localizaciones principales (Florencia, Venecia y la Toscana), conoceremos a muchos personajes pintorescos y asistiremos a la madurez de un Asesino llamado a reinstaurar el Credo.
En esta ocasión, y sin que sirviera de precedente, Ubisoft escuchó a los fans y creó un juego que mejoraba a su anterior entrega en todos los aspectos. Variedad de localizaciones, considerablemente más vivas, una libertad y fluidez de movimientos mucho más amplia, una historia más profunda y, sobre todo, un aumento exponencial en la cantidad y variedad de misiones a completar. A partir de este momento, el resto de Assassin's Creed se miran a la segunda entrega numerada de la franquicia, como si la primera nunca hubiese existido.
Pero todas estas mejoras no salieron gratis, bajo mi punto de vista, y aunque, como digo, el juego mejora en todos y cada uno de sus aspectos, pierde la esencia con la que buscaba diferenciarse de otros sandbox. Cambiamos a un asesino dentro de un credo muy sectario por el típico recadero que igual vale para traerte unas plumas de las azoteas que para vengar el honor de una dama a la que han ofendido por la calle. Las normas firmes de los asesinos se pierden en el tiempo y los juegos lo demuestran.
El giro en el timón afianzó una franquicia a la que aún le quedaba mucho para expandirse (y mucho donde cagarla) y en muchos aspectos esta segunda entrada numerada de la franquicia dio en el punto justo para atraer a un gran público, y para convertirse en un título que recordar. Cada una de las tres ciudades principales que presenta tienen más personalidad que la enorme Roma, las Colonias Americanas o cualquiera de los siguientes mapas. La reconstrucción histórica es, como siempre, una maravilla, con mapas adaptados a lo que existía realmente en la época, y con un rigor admirable.
Se da el caso concreto de que, cuando había terminado hacía poco este juego, fui a visitar Venecia, y podía orientarme sin mirar el mapa (aunque en la realidad no iba a subirme por los tejados, claro está).
Introdujo las primeras pinceladas del sistema de gestión, que en La Hermandad quedaría pulido. Aquí debíamos reconstruir y mantener Villa Auditore, Monteriggioni, para hacerla recobrar su esplendor y convertirse en nuestro cuartel general. Con sus impuestos acabamos, en muy poco tiempo, nadando en la abundancia, y los secretos que guarda sobre la orden son más que interesantes.
Para el final dejo uno de los puntos que más me gustó personalmente, las tumbas, 6 lugares en los que, al más puro estilo Tomb Raider, debemos hacer uso de nuestras habilidades para acceder a las criptas donde fueron depositados distintos elementos de la armadura de Altaïr, armadura que adquiriremos al completarlas todas. Nos permitía visitar el interior de edificios históricos muy importantes y salirnos un poco de la rutina recadera. No sé por qué Ubisoft se desprendió de esta funcionalidad ya que era muy acorde a lo que se espera del Credo. Parece que en Origins la han recuperado, pero habrá que ver cómo está.
Es hora de ir cerrando y concluiré diciéndoos que, para mí, es el mejor Assassin's (aun perdiendo la esencia) que han hecho hasta el momento. No he probado el Origins, que parece muy cuidado, le tengo muchas ganas y, cuando por fin lancen la versión GOTY y me haga con él, igual cambia mi parecer, pero de momento es lo que hay.
Naturalmente, no es perfecto, pero tampoco es un juego del que se esperase una perfección; pertenece a esa misma clase que las películas "palomiteras", entretenidos, divertidos, ciertamente cuidados en algunos aspectos y que nos permiten pasar un buen rato sin demasiadas preocupaciones, con una puntuación notable que permite recomendarlos sin reticencias. Además, con el último remake para las consolas más actuales, plagados de nuevos bugs, de la serie completa de Ezio, no tenéis excusa para no jugarlo si os lo perdisteis en su momento.
¡Ah, se me olvidaba! Mi recomendación es que lo juguéis en inglés, permite apreciar mucho mejor los "fallos" del Animus en los cuales hay algunas palabras que no es capaz de traducir su interfaz al idioma del protagonista, además, el doblaje en general es bastante mejor.
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