No sé si alguna vez había llegado a prometer el análisis de este juego, porque hablo tanto que ni me acuerdo de lo que digo, pero fue ver el anuncio de los juegos del mes de Xbox Live y saber que era el momento idóneo para arañar unas visitillas. Puede que no sea uno de esos juegos de primera línea que tanto se demandan ahora (menos aún si comparamos con los juegos de este mes de PS Plus), pero espero que tras leer este análisis no se os ocurra ni por un momento dejarlo de lado.
Definir SUPERHOT es complicado. Yo lo colocaría en un cajón en el que sólo estaría él, el cajón de los shooters de puzles. ¿Por qué? Porque es un shooter, pero hace de cada intercambio de balas un puzle. Básicamente en la campaña se nos presentan una serie de escenarios en los que tendremos que acabar con todos los enemigos, que son unos maniquíes rojos multipoligonados que van saliendo de unos portales. Tendremos montones de situaciones diferentes, como luchas en prisión, tiroteos en ascensores, peleas de bar, escopetazos en una oficina, asalto a un tren… si lo has imaginado, lo vas a vivir.
En el sentido shooter estaríamos hablando de un juego complicadillo. Si recibes un disparo estás muerto. De igual manera ocurre si eres tú quien acierta en el enemigo, que se rompe en pedazos como si fuera de cristal. Si en vez de balas lo que tienes más a mano es un cenicero y se lo revientas en la cara al malo, puedes aprovechar esos instantes para hacerte con su arma. Es decir, tenemos unas misiones frenéticas plagadas de acción que, al igual que en las buenas pelis, transcurren en cuestión de segundos.
Pero… ¡aquí llegan los puzles! Estas misiones serían totalmente imposibles incluso para los jugadores más avezados si transcurrieran a una velocidad normal. Por ello, SUPERHOT introduce una mecánica que es su esencia, la marca de la casa. El tiempo sólo avanza cuando nos movemos, tan simple como eso. Y, a la vez, tan complicado.
Dependiendo del nivel, podemos permitirnos mirar alrededor o ni tan siquiera eso. A veces disponemos de un arma o la vemos a nuestro lado, pero si no es así nos tenemos que lanzar contra el enemigo más cercano a puñetazo limpio. En cualquier caso, disponemos de tiempo para pensar siempre que no nos movamos. Mover la cámara hace que el tiempo transcurra despacio, así que incluso mirar alrededor puede hacer que nos maten. Pero es que moverse restaura la velocidad normal, por lo que dar un paso hace que una bala lanzada con malicia avance varios metros.
Por ello, a todos aquellos listillos que hayan pensado “Pues si el tiempo no transcurre si no te mueves, está tirado”, hay que decirles que de eso nada. Pronto encontramos niveles en los que, incluso viendo una bala venir, no podemos esquivarla a tiempo. Situaciones en las que estamos ante un fuego cruzado. Momentos en los que, por bien que nos apañemos, los enemigos son tantos que no damos a basto.
Cada vez que tenemos que recargar el arma es un suplicio, así que en ocasiones es mejor optar por deshacernos de ella y coger otra nueva. Me encanta que, sin haber mucha variedad de armas de fuego (pistola, escopeta, metralleta; y ya), éstas sean tan diferentes que den lugar a distintas formas de entender una situación. En armas blancas y contundentes tenemos más variedad, pero donde esté una buena katana para cortar balas por la mitad (hay logro), que se quite el resto.
Aún así tenemos que gestionar bien el armamento, el escenario, y el número de enemigos, que por cierto siguen apareciendo hasta cierto punto. Avanzar en todo esto sólo se consigue repitiendo y repitiendo, pero también pensando cómo resolver el enigma. Avanzado el juego se introducirá una nueva mecánica también que le da un toque interesante, pero que no cuento para no hacer spoilers.
Hablando de lo cual, SUPERHOT tiene historia, sí, y concretamente una bastante interesante relacionada con ordenadores, que sirve para explicar el diseño del juego, el cual personalmente me parece una maravilla. Jugar en realidad virtual tiene que ser una experiencia increíble, aunque no he llegado a probarlo.
Al final de cada nivel, dado que durante el mismo no nos percatamos muy bien de cómo lo estamos haciendo, se nos muestra la pelea a tiempo real. Y son geniales, dignas de película. De hecho había una forma de subirlas a la red para que las viera todo el mundo, pero he de decir que cuando en su día lo intenté no llegué a poder hacerlo fácilmente.
Por si todo esto fuera poco, que puede que lo sea dado que la campaña es muy cortita, tenemos diferentes modos de juego que van desde la típica lucha con oleadas de enemigos a pasarse niveles con un arma concreta. Además, hacer todos los logros también llevará lo suyo, así que contenido no es que falte.
En definitiva, SUPERHOT es un gran juego con un gran concepto, surgido de coger un género explotado hasta la saciedad y meterle una mecánica novedosa. Se le echan en falta aún más niveles para exprimirlo durante un buen rato más, ya que su fuerte no es ya tanto el tener que repetir un nivel para desbloquear un logro como el plantarte en una nueva situación y tener que resolverla. Pero cuando el mayor defecto que se puede poner es que es muy corto, os podéis imaginar que lo recomendamos sin ninguna duda.
Comentarios
Publicar un comentario