Este semana se lanza Assassin's Creed Origins, la... enésima entrega de la franquicia de Ubisoft que quiso cambiar nuestra mentalidad acerca de los juegos de acción y los de mundo abierto. Nos hemos dado cuenta que no tenemos analizado ninguno de los juegos de la franquicia y eso había que solucionarlo, ahora que se cumplen 10 años su puesta de largo. Dado que aún no nos han enviado el kit de prensa de este Origins, empezaremos por el primero que vio la luz, en los primeros pasos de PS3 y Xbox 360. Ya sabéis que no nos da miedo lo añejo.
Assassin's Creed, sin sobrenombres, fue un juego con muchas pretensiones. Quería redefinir muchas cosas, con una ambición desmesurada y probablemente por lo que más llamó la atención fue por su apartado artístico. Como todo buen juego de los primeros momento de una consola, intenta llevar la máquina al límite de sus posibilidades gráficas, aun sabiendo que eso no ocurrirá hasta los últimos compases de su vida. Pero hay que forzarla y así lo hicieron, consiguiendo atraer a todos los early adopters de la consola, que se encontraron con una historia que no esperaban.
Assassin's Creed nos cuenta la historia de Altaïr Ibn-La'Ahad, un alto miembro de la Orden de los Asesinos que ha caído en desgracia, degradado a lo más bajo de su orden y debe demostrar su valía para ir recuperando el estatus y las capacidades perdidas. Con esta premisa, conoceremos cuáles son las creencias del credo (valga la redundancia) de los Asesinos, por qué están luchando contra sus eternos enemigos los templarios, y de dónde le viene el poder a cada una de las órdenes.
Señorita, creo que deberíamos conocernos un poco mejor antes. |
Por supuesto, y como todos ya sabéis, no sólo trata de la historia de Altaïr; de hecho, el protagonista principal es Desmond Miles, en la época presente, al que la malvada compañía Abstergo secuestra para introducirlo en el Animus y poder así visualizar sus recuerdos genéticos. Y es que el Animus es el (o la) verdadero protagonista de la saga, ese toque de ciencia ficción que ha sabido hilar tan bien las diferentes épocas históricas y que dota de coherencia a muchos de los títulos, o al menos así fue durante un tiempo.
Échate, verás que gustito. |
El Animus es una máquina desarrollada por Abstergo que permite a un individuo revivir los recuerdos de sus antepasados. Se basa en lo que ellos denominan "recuerdos genéticos", que estarían escritos en el ADN de las personas y, por tanto, los irían transmitiendo a su descendencia. Mediante técnicas de realidad virtual, el sujeto puede revivir lo acontecido a su antepasado con control sobre sus actos; no sin limitaciones, eso sí. Y es que, cuanto más nos desviemos de lo ocurrido en la realidad, mayor será el nivel de "desincronización" con nuestro antepasado y mayor riesgo correremos de salir de la simulación, lo que a efectos prácticos se corresponde con morir.
El modo de juego, como ya he dicho, es el de un juego de acción con un amplio mundo abierto que explorar. Probablemente el mayor handicap del juego sea, precisamente, su jugabilidad, pero también es lo que le ha convertido en único. Me explico: el juego se maneja de forma muy tosca, el movimiento parece definido sólo en ocho ejes, con una gran importancia del sistema de perfiles, alto y bajo, que en realidad no nos explican muy bien. En perfil alto realizamos acciones que no están bien vistas por la sociedad, mientras que en el bajo pasamos más desapercibidos. Pero sobre todo es muy lento y ortopédico.
Nada como un carro de paja para pasar desapercibido |
Una de las grandes críticas al título ha sido siempre lo repetitivo que es. Las misiones principales constan siempre de la misma estructura: llegamos a un barrio nuevo de una ciudad, vamos al gremio de asesinos en el que nos asignarán un objetivo y debemos realizar una serie de "secundarias" que nos permitan obtener información del mismo para luego llevarlo a cabo. Lo principal es enterarnos de dónde encontrar a nuestro objetivo, planificar el asesinato y buscar una forma de huir. Para ello contaremos con cinco tipos de misiones diferentes, siendo espiar, robar e interrogar las fundamentales, y rescatar ciudadanos o buscar un punto elevado las menos comunes.
Vaya, así que allí abajo dejé mi nueva daga |
Habremos de completar un número mínimo para acceder al asesinato de ese 'bloque de memoria' y avanzar así en la historia. El problema es que siempre son iguales, habrá algunas que te cuesten más y otras que te cuesten menos pero, hecha una, hechas todas. También podremos buscar estandartes y caballeros templarios para enfrentarnos a ellos tanto en las ciudades importantes (Masyaf, nuestro cuartel general, Acre, Damasco y Jerusalén) como en la gran explanada que hay entre ellas. No nos aportan nada (dado que, al menos en PS3, no cuenta ni con trofeos) y son endiabladamente complicados de encontrar todos, así que, en la mayoría de los casos, pasaremos de buscarlos.
Entre medias de la historia de Altaïr veremos qué le ocurre a Desmond en la época actual, nos enteraremos de los intereses de Abstergo y se nos presentará la historia que hilará gran parte de la saga posterior.
Disculpe, ¿cuántas veces he de robar planes malvados? |
Naturalmente, como buen juego de Ubi, no está exento de bugs que nos fastidian la jugada. No serán pocas las veces que asesinemos a un ciudadano normal y perdamos salud con ello (Altaïr no mataba inocentes). También nos toparemos con paredes que no querremos escalar pero que nuestro asesino no opinará lo mismo. Pero en general es el juego más pulido de la saga en este aspecto.
Por supuesto, una de las señas de identidad de los juegos de la saga es la recreación histórica, principalmente de las ciudades a visitar, y en esta primera entrega ya luce de maravilla. Una presentación más que digna de uno de los primeros juegos de PS3 y Xbox 360. El aspecto sonoro también esta muy cuidado y resulta apropiado.
Con todo esto ¿os recomiendo jugar a Assassins Creed? Pues si queréis jugar la saga, indudablemente. Yo creo que es el juego en el que te sientes más parte del Credo, con el asesino más definido de todos. Es difícil de explicar porque es una sensación pero, para mí, es el juego que mejor define lo que quería ser la saga, el que presenta la esencia más pura. El resto mejoran muchos aspectos pero a costa de perder esa identidad que hizo único a este juego.
Un Credo secreto, dicen |
Eso si, si vais a jugarlo, que sea el primero. El resto, inmediatamente a continuación (de la saga principal), de hecho, mejoran tanto el control y la variedad de situaciones que enfrentarte a la aventura de Altaïr se antoja más un suplicio que un agradable paseo.
Así que, si habéis estado escondidos en una cueva y aún no os habéis acercado a Assassins Creed puede ser un buen momento, lo recordaréis con cariño cuando avancéis por la saga. Si habéis jugado a otros de la fraquicia, os han gustado, y queréis conocer el origen... esperad a que hagan un remake, que lo harán, y entonces jugadlo. Y si ya el resto os resultan repetitivos o tediosos, alejaos, porque este no va a ser mejor en ese sentido.
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