Esta semana se anunciaron el nuevo DLC del juego Sombras de Guerra (cuya primera parte analizamos aquí) y el contenido del pase de temporada de South Park: Retaguardia en peligro. Y son sólo algunos de los ejemplos a los que nos tienen acostumbrados, es pan de cada día. La cultura del DLC se ha extendido y visto en prácticamente en todas las plataformas.
Y yo pregunto, ¿es esto lo que queremos? Estamos pagando por juegos a plazos, auténticas ventas por fascículos. Juegos que salen al mercado y el mismo día te venden su pase de temporada. DLC que se consiguen con la reserva del título en la tienda de turno. Packs de mapas y camuflajes en los shooter. Cromos para Ultimate Team en Fifa...
Blizzard ha conseguido vender varias veces Diablo 3 como un juego nuevo |
Diablo 3 nos proporciona sucesivas versiones (vendidas al precio de juegos nuevos) en las que nos ofrece una clase nueva, un episodio nuevo, trajes, etc. Apenas se cortan ya, no se molestan en ocultarlo. Partes de juegos preparadas claramente para venderlas posteriormente. Hay juegos que cuestan completos, ¿cuánto? ¿Cien, ciento veinte euros?
Aparece en el mercado el free to play: juega gratis, amigo, pásalo bien. Ahora bien, puedes comprar armas y mejoras con dinero real: ya puedes invertir 30 horas en la creación de un personaje, que vendrá alguien que pone pasta y en 10 minutos destruye todo lo que has conseguido con una armadura con la que no puedes ni soñar.
¿Te van las cartas? Juega a Hearthstone y crea tu baraja sin necesidad de dinero. Luego vienen las cartas con pagos que dejan tu baraja a la altura del betún. Ah, ¿que has conseguido una baraja medianamente competente? No problem, cambia la temporada y varias cartas quedan relegadas a la basura o se prohíben; empieza de cero. ¿Free to play o Pay to Win?
Puro capitalismo |
Voy más allá. El culmen de lo rastrero, lo peor que puedes echarte a la cara: el juego "bloqueado". Tenemos un juego, nos venden su DLC de turno para desbloquear sabe Dios qué cosas (que suelen ser camuflajes o luchadores, por ejemplo). Pagas el precio y bajas el parche que, sorpresa, pesa apenas unos kilobytes. El contenido se encuentra físicamente en tu disco, y el DLC es simplemente una clave que desbloquea el contenido bloqueado EN TU PROPIO DISCO.
Al cabo de un tiempo nos sacan la edición GOTY, el juego con sus DLC a un precio algo más reducido que el juego original "capado". Ésta ha sido una de las opciones por la que algunos, como yo, nos hemos decantado: esperamos un tiempo a ver si sale y pasamos por caja. Por una parte lo piensas y está bien, pero por otra vuelve a ser un robo: la empresa te vende dos veces el mismo título.
Y hablando de ediciones: gran cantidad de juegos cuentan con edición de coleccionista, que suelen contener algún aliciente tales como una figura, armas o elementos para el juego, bandas sonoras, merchandising en general. Pero existen un puñado de estas ediciones que vienen sin los pases de temporada de turno o algunos casos en los que el juego venia como descarga digital.
Existen excepciones, por supuesto. Aún quedan desarrolladoras con ética en sus productos. El caso más marcado es CD Projekt Red, desarrolladora del increíble The Witcher 3: nos crean un juego basto como él solo y ponen 18 DLC para este juego; los 16 primeros, DLC menores con movimientos para el brujo, trajes, etc, nos los dan GRATIS. Los DLC restantes nos los venden a 20 euros cada uno. ¿Pero qué incluyen? Auténticas EXPANSIONES: su duración, calidad y contenido superan incluso a juegos completos del mercado actual (¿20 euros por un trabajo sobresaliente y que me aportan 30 horas de juego mínimo? Yo digo SÍ). Y no entro en lo que trae la edición básica: mapa, banda sonora FÍSICA y unas pegatinas, además de un manual del juego que en los títulos actuales NI EXISTE.
The Witcher 3, uno de los mejores juegos de la actual generación |
En breves sale la expansión de mi amado Horizon Zero Dawn, la cual no compraré pero seguiré de cerca, esperando que Guerrilla siga el ejemplo de The Witcher.
En el fondo la cultura del DLC es odiada pero, día a día, se compran miles de micropagos, packs de mapas, aspectos, llaves para cofres y un enorme etc. ¿Quién destruye la industria? ¿La desarrolladora que nos fracciona los juegos o los consumidores que los pagan año tras año? Dejo la pregunta en el aire ante este tema, cuanto menos, importante.
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