¡Análisis doble! ¡Análisis retro! Sí y no a ambas afirmaciones, porque sí, vamos a hablar de Pokémon Oro y Pokémon Plata, dos juegos, de hace 18 años nada más y nada menos pero que, como bien sabéis los fanáticos de la saga (o simplemente, los que vivís en el mundo) los juegos de Pokémon salen a pares, como los 'petisuis'.
Hacemos este análisis debido al reciente lanzamiento por parte de Nintendo de las roms originales para la consola virtual de 3DS. Ya sabéis lo que es eso de la consola virtual, Nintendo nos permite comprar por precios abusivos algunos de sus más añorados clásicos para jugarlos en un emulador, como llevamos haciendo años gratis los más viejos del lugar. Pero no vamos a ponernos exquisitos con eso de los precios, al fin y al cabo en nuestra mano está fomentar o no este modelo de negocio.
Hace ya año y medio que se atrevieron a lanzar la anterior generación y, de forma sorprendente, fue todo un éxito. Pokémon Rojo, Azul/Verde y Amarillo no pasaron desapercibidos para nadie, sobre todo el Japón, donde fueron lanzados con unas preciosas cajas que imitaban las de los cartuchos originales. Naturalmente sólo contenían el código de descarga, pero bueno, algo es algo. A Europa no llegaron estas versiones y tuvimos que conformarnos con comprarlos en eShop o tarjetas Nintendo en tiendas recomendadas.
Con las ediciones de GBC que nos ocupan, Oro y Plata, se lo han replanteado y les ha salido un negocio redondo. Así, han puesto a la venta las cajas con el código que consiguen engañar(nos) para que las adquiramos. Y hay que reconocerles que en la estantería quedan la mar de chulas.
Pero, como siempre, nos estamos desviando del tema que nos ocupa, los juegos. Pokémon Oro y Plata fueron un soplo de aire fresco a una franquicia que había empezado con mucha fuerza. Rojo y Verde/Azul fue para muchos el primer JRPG al que se enfrentaron y quedaron fascinados con las criaturas de bolsillo, el entrenamiento, los combates, gimnasios, etc... Pero había ganas de más.
Y ahí es donde entraron las versiones de GBC. Oro y Plata cumplían el sueño de cualquier jugador de Pokémon en aquellas épocas, muchos más pokémon, un juego más grande, y en color. Por si el cambio de historia fuera poco, al terminar la historia en la región de Johto (y creo que a estas alturas esto ya no es un spoiler para nadie) contábamos con la posibilidad de revivir nuestras aventuras de Kanto, con la diferencia principal de que ya éramos líderes de la liga Pokémon y, por tanto, nuestro equipo era considerablemente poderoso.
Introducía una buena cantidad de novedades interesantes que, más adelante, se afianzaron como elementos obligatorios en la saga. Por un lado el ciclo de día y noche, con diferentes pokémon que capturar según el momento. La guardería con la que multiplicar nuestros compañeros para así poder intercambiarlos con los amigos sin miedo a quedarnos sin alguno. Tenía sus límites, claro, pero con un buen Ditto y paciencia podíamos criar casi cualquier especie. Se introdujeron los Pokémon Shiny (o 'varicolor') versiones de un color distinto al habitual de una especie, muy raros de encontrar, pero que los coleccionistas valoran por encima de todo (Gyarados rojo, ¿cuántas personas te habrán buscado?).
Se le veía feroz |
Sus pokémon legendarios, Lugia y Ho-oh, tenían todavía una personalidad arrolladora, a la altura de Zapdos, Moltres y Articuno. De hecho, con el tiempo nos enteramos que Ash, el protagonista del anime, al comenzar su viaje se encontraba con Ho-oh, y no con Moltres como creíamos por aquel entonces. Por supuesto, no podemos olvidarnos de Entei, Suicune y Raikou, los perros legendarios que surgían en la hierba, al azar, ni de todo el alfabeto de Unown, ni de Celebi, el pokémon 251 y 'Mew' de esta edición.
Otro punto muy importante de estos juegos es que aún forman parte de las primeras hornadas y presentan una cantidad de glitches considerable. Y no los denomino bugs porque en muchos casos nos vienen perfectos para conseguir ese pokémon que se nos resiste (o que, directamente, se reparte por evento y ya no podemos adquirir). Y lo mejor de todo es que esta versión de consola virtual para 3DS, al ser el código original de GBC, presenta los mismos fallos con los que podemos, por ejemplo, empezar con los 3 pokémon iniciales al mismo tiempo.
Bajo mi punto de vista, completamente subjetivo, como es natural, Pokémon Oro y Plata ha sido la mejor pareja de juegos de esta saga hasta la fecha. Puestos a apurar, podría aceptar la reedición Heartgold y Soulsilver para Nintendo DS que contenía todo lo bueno de los originales, con modelados redefinidos, una mejor compatibilidad para el intercambio y la posibilidad de poder llevar a cualquier pokémon tras de ti, algo que sólo habíamos podido hacer con el Pikachu de Pokémon Amarillo y que no hemos podido volver a hacer. Pero son añadidos menores.
¿Quién no quiere llevar detrás a Celebi? |
Dos regiones enteras para jugar, la posibilidad de capturar a todos los 251 pokémon que existían hasta la fecha (o casi), una buena historia... en definitiva, un conjunto muy completo de características. Ojala Nintendo se apunte unas cuantas de las que desaparecieron tras Oro y Plata para incluirlas en el nuevo de Switch (ejem... recorrido mundial, ejem...).
No seré yo quien os recomiende encarecidamente haceros con ellos por los 10€ que cuesta en consola virtual, porque me parece un robo, pero sí que os recomiendo que los juguéis. Si lo hicisteis en su momento para recordar lo que os aportó, y si no... ¿a qué estáis esperando?
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