[Primeras impresiones] Yoshi`s Crafted World

Nintendo Switch lleva un tiempo sin traer a nuestras tiendas novedades realmente interesantes y originales, aunque el último Nintendo Direct nos dejó alguna entre refrito y refrito. Lo mejor de Nintendo es que nos va acostumbrando a que podamos probar un poquito de sus juegos para que decidamos si nos gusta y, al igual que hemos hecho con Daemon X Machina, hemos aprovechado para darle una oportunidad a Yoshi's Crafted World.

No era un juego que estuviera en nuestros radares, tenemos que reconocer. Personalmente, durante mucho tiempo pensé que juegos de este estilo eran una forma de exprimir los personajes de cierta saga en los años que pasan entre entrega y entrega; un pasatiempo que, sin estar mal, no terminaba de aportar nada. Lo cierto es que la demo de Yoshi's Crafted World me hace pensar que me equivoco, e incluso ha hecho que me plantee adquirirlo más adelante.

Esta demo unicamente incluye un nivel, pero podemos exprimirlo durante un ratillo. Existe la posibilidad de jugarlo en solitario o con dos jugadores, pero hay que decir que el modo multijugador aporta poco. Parece más bien pensado para aquellos casos en que quieran jugar dos personas a la vez por no querer esperar (padre e hijo, hermanos, o en cualquier combinación que implique a niños). Entre adultos, al ser el escenario totalmente lineal, poca diferencia hay entre jugar dos personas o que juegue solo uno y mirar, más allá de subirse al otro Yoshi o tragarselo.

En este escenario, centrado en una especie de pueblito rodeado por una via de tren, daremos un total de tres vueltas que podrían ser más si quisieramos conseguir más monedas o coleccionables, aunque en general con esas tres bastaría. La primera de ellas sirve para presentarnos los controles (saltar, tragarse enemigos y tirar huevos, básicamente) y recorrer el escenario "al derecho". En la segunda lo recorreremos "al reves". Y en la tercera, de nuevo al derecho para conseguir un objetivo concreto.

Lo de "al derecho" y "al reves" es el punto más llamativo del juego, ya que permite apreciar en todo su esplendor el fantástico trabajo artístico que tiene detrás. La jugabilidad está bien, no tenemos ninguna crítica al respecto, pero queda relegada a un segundo lugar. Lo bonito del juego ese moverse por él, ver sus deliciosos escenarios hechos de cartón pintado y apreciar sus costuras cuando se gira 90º. Se ven los edificios hechos con cajas de galletas y chucherías, bricks de leche, aviones de papel, recortes de cartón a los que la pintura de la parte delantera salpica en sus laterales y los cables que sostienen a las nubes. Sólo hemos visto un escenario, pero es una delicia visual.

Poco podemos decir del aspecto sonoro en tan poco tiempo, pero da la sensación de que a poco que consiga adaptarse a la variedad de escenarios que se muestran en los tráileres puede ser también magnifica, o al menos eso se desprende del tema principal que parece tocado con flauta dulce. El único punto que nos hace dudar, y del que todavía no sabemos nada, es la duración. No es que estemos a favor de los juegos al peso (a tantos euros la hora), pero es cierto que por buenisimo que sea un juego gastarse 60 euros en una experiencia de tan solo unas horas duele al bolsillo. Sin embargo, a falta de más información, recomendamos darle una oportunidad a la demo; es adorable, para niños y adultos, y estamos seguros de que os convencerá.