Aquí es verdadera devoción por los indies difíciles. Y por los que buscan hacer algo distinto, más aún. Así que no es de extrañar que en cuanto conocimos la existencia de The Textorcist, no pudimos por menos que tirarnos a por él. Bueno, a por su demo...
En el año mil novecientos noventa y pico (literal), la Iglesia, con el Papa al frente, controla el mundo; un mundo hundido en la miseria y la perversión, en el que los exorcistas hacen las veces de policías. Y el mejor en su trabajo es Ray Bibbia, una suerte de padre Karras a lo Harry el Sucio...
¿Cuál es la gracia del juego? Es un bullet hell de los de siempre (mucho proyectil que hay que esquivar para no morir), pero con una vuelta: como buen exorcista, tenemos una serie de salmos y letanías en nuestra confiable biblia, que tendremos que leer para derrotar a los enemigos; leer, o TECLEAR, en nuestro caso. Sí, amigos, en este juego hay que demostrar nuestra habilidad mecanógrafa.
Y no es fácil, ya que hay muchos factores a tener en cuenta: si nos da un proyectil, de primeras no nos dañará, pero sí nos tirará la biblia al suelo, y deberemos recogerla antes de un tiempo determinado para no tener que empezar el exorcismo de cero (si nos golpean sin tener la biblia, sufriremos daño); tendremos que estar relativamente cerca del enemigo para que nos oiga (si nos salimos del rango, no podremos seguir); tendremos que escribir el exorcismo palabra por palabra, y por cada fallo que tengamos, iremos perdiendo las letras que ya acertáramos antes... ¿hemos dicho que todo esto hay que hacerlo mientras esquivamos una lluvia de balas?
Balas... o pota, que aquí entra otra de las cosas que me ha maravillado: como buenos poseídos, ciertos enemigos (todos jefes) serán de reflujo suelto y de vomitar como si fueran aspersores. Y si el vómito cae en la biblia, no veremos lo que pone, claro. Eso sí, si hemos logrado memorizarlo antes, podremos escribirlo sin problemas. Es una chorrada, pero una que mola.
Ojo, que lo de escribir no es sólo para exorcizar: tendremos que escribir para llamar a puertas, para leer nuestro diario, para contestar al teléfono, para mear (esto no se puede hacer en la demo, pero doy por hecho que en el juego estará, ¿no? ¿NO?), para buscar en Godle... Y como veis, todo con un pixel art chulísimo. La banda sonora, machacona y cañera, también acompaña.
Poco más os puedo contar, ya que la demo no da para mucho. Si llegamos a probar el juego final, os traeremos todos los detalles. Pero la cosa promete.
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