El
éxito es un objetivo caprichoso que carece de una fórmula. Puede surgir donde menos se lo espera o eludir a quien lo busca con
todas sus fuerzas. Todos lo sabemos, pero aún así no pueden dejar de sorprendernos casos curiosos
de juegos que se encumbran (a veces forzadamente) pese a no tener nada en
especial, o todo lo contrario, juegos que pasan totalmente desapercibidos entre
una marabunta de obras de menor calidad. JumpJet Rex estuvo largo tiempo en mi
lista de deseados por parecerme uno de estos últimos casos, aunque fue
precisamente el hecho de que esté "demasiado disponible" (es fácil
encontrarlo rebajado por unos tres euros) lo que fue demorando su adquisición.
JumpJet
Rex es un juego de plataformas en el cual encarnaremos a un Tyrannosaurus rex destinado
en una base espacial, que se ve en la obligación de regresar a la tierra para
impedir que la colisión de un enorme asteroide acabe con la dinodad (dino-kind).
Partiendo desde su centro de operaciones extraplanetario, tomará un vehículo
para dirigirse a los distintos puntos intermedios e ir abriéndose camino entre
enemigos y objetos puntiagudos gracias a un par de zapatillas-cohete.
En cada
nivel deberemos pasar por un determinado número de anillos para darlo por concluido y conseguir una calificación de una estrella, que puede aumentar en otras dos adicionales si
conseguimos completarlos sin morir o llegando dentro de un determinado límite de
tiempo. La mayoría de los niveles son escenarios lineales, aunque también
existen otros algo más abiertos en los que podemos tomar la dirección que prefiramos,
así como algunas peleas con los jefes de cada zona.
Inicialmente
cuesta un poco hacerse con los controles, ya que mantener a Rex en la posición
exacta que queremos no es especialmente fácil. Si no pulsas ningún botón, la
gravedad espacial hace lo suyo, pero si lo pulsas demasiado los cohetes lo lanzan hacia
el techo. Añade pinchos mortales a dos palmos sobre y bajo el dinosaurio y ya
tenemos el drama montado. Afortunadamente hay un botón para dar saltitos y otro para lanzarte hacia derecha o izquierda, así como
un golpe para acabar con ciertos enemigos; pero repetir y repetir cada nivel
será una constante si queremos hacernos con todas las estrellas.
Es un
juego difícil de forma intencionada, pero en ocasiones se les va de las manos. El
ejemplo más claro son las peleas contra los jefes finales. Durante todos los
niveles hay puntos de control intermedios, que nos permitirán ahorrar fuerzas
en caso de defunción y manteniendo el progreso que llevemos hasta el momento.
En el caso de los jefes, tendremos una de estas bases junto a la pelea, por lo
que completarla se convierte en algo tan sencillo como entrar, dar dos golpes,
morir, y repetir hasta acabar, porque la salud del enemigo no se regenera. Sin
embargo, conseguir derrotarlos sin morir o por debajo del tiempo dado es bastante
complicado, impidiéndonos conseguir la recompensa correspondiente en forma de
aspecto.
Lo cual es ligeramente frustrante, porque si algo tiene Rex es ser personalizable y muy coqueto. No sólo disponemos de colores para sus
zapatillas, estelas y piel, sino distintos tipos de cabezas que podremos
comprar en las tiendas con monedas que encontramos en nuestra aventura. Son
relativamente caras teniendo en cuenta la inflación de la moneda dinosaurida
galáctica, por lo que hay que seleccionar qué queremos comprar primero y así no
tener que patearnos niveles y niveles para conseguirlas todas.
Como decía anteriormente, tendremos que repetir casi todos los niveles si queremos conseguir las tres estrellas, y aquí es donde viene el principal problema de JumpJet Rex. La curva de dificultad es indescifrable: tan pronto te encuentras con niveles "razonables" que completas tras varios ensayos, como te atascas en otros imposibles (llegando incluso a requerir de un segundo jugador para completarlos) o te pasas a la primera los niveles finales. Te desesperas buscando niveles asequibles en los que arañar una estrella más para desbloquear los siguientes niveles y en el nivel que desbloqueas (teóricamente más difícil) consigues todas como si nada. Por no hablar del nivel final, de una dificultad endiablada.
Cada
escenario además tiene una clasificación de tiempo que nos desafiará a completarlo
en el menor tiempo posible. También podemos jugar carreras y duelos en
multijugador local, así como un modo cooperativo que sirve a su vez para
sacarte las castañas del fuego cuando te quedas atascado. En dicho modo cada
anillo se duplica y en caso de que uno de los jugadores muera volverá a
reaparecer tras unos segundos, siempre y cuando no caiga también su compañero.
Esto no contará como muerte, lo cual facilita la obtención de más estrellas con
las que avanzar.
Como
decía al principio, el éxito es caprichoso. JumpJet Rex puede tener sus
defectos, pero sus virtudes son muchas, y entre ellas no sólo se encuentra su
modo de juego sino también su estética. Tiene un aire retro ochentero, con
gráficos de 16 bits muy coloridos y un apartado sonoro a juego que le sienta a
las mil maravillas. Ya sabemos que es la moda en el panorama indies, pero
nunca nos cansaremos de repetir que el hábito no hace al monje, y este juego supera con creces a muchos indies más populares que estéticamente son bastante
poco atractivos.
JumpJet
Rex es un juego olvidado injustamente. No sabemos qué pudo ocurrir (¿marketing
tal vez?) para que esta obra no presente algún tipo de premio en su curriculum
que lo haga destacar un poco más aunque solamente sea entre los amantes de lo
indie. A pesar de que no es indicativo de nada (cada cual tiene sus gustos) si
todavía dudáis de ello echad un vistazo a las valoraciones. 96% positivas y 76 en
Metacritic. Poco más que añadir.
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