Se termina una década, una década marcada por una gran cantidad de videojuegos de gran nivel. Hemos decidido crear nuestra lista de imprescindibles pero, aunque algunos se repiten, todos tenemos juegos que queremos que aparezcan y, por ello, vamos a hablaros un poco cada uno de nuestros favoritos y por qué.
Maide |
Le sigue Red Dead Redemption 2, juegazo de Rockstar Games que nos dio horas y horas de juego en el ocaso del oeste americano. Quizás el único que puede rivalizar con el brujo, en mi opinión. El podio lo cierra, como no podía ser de otra manera, mi amado Horizon Zero Dawn, un monstruo jugable creado por Guerrilla Games y que nos dejó a una protagonista, Aloy, la cual se ha ganado el corazón de muchos de nosotros. Me ha costado decidirme por este o por God of War para la 3ª y 4ª posición del ranking, ya que la epopeya de Kratos por las tierras del norte es otro de los grandes vencedores de la década.
En 5ª y 6ª posición le siguen otros títulos como BioShock Infinite o Bloodborne, el primero con uno de los mejores finales que recuerdo y el segundo con una ambientación, desarrollo, control, enemigos y un TODO memorable.
El siguiente integrante quizás pille a alguno por sorpresa: Dragon Age Inquisition. El juego de Bioware nos dejó horas y horas de contenido de calidad en un rico universo como es el de Dragon Age, con un sistema jugable muy bien implementado y sobresaliente en todos los aspectos.
El siguiente integrante quizás pille a alguno por sorpresa: Dragon Age Inquisition. El juego de Bioware nos dejó horas y horas de contenido de calidad en un rico universo como es el de Dragon Age, con un sistema jugable muy bien implementado y sobresaliente en todos los aspectos.
Para ir cerrando tenemos NieR: Automata, el título que mezcla a la perfección el mundo abierto con el hack and slash, Hollow Knight y, por último, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain: el punto final de la saga de Hideo Kojima no podía caer en el olvido y se ha ganado estar en esta lista.
Posiblemente podrían haber entrado otros. He dudado mucho si meter Resident Evil 2 Remake, por ejemplo, descartado a última hora por ser eso, un remake, o Ghost 1.0, que ha quedado fuera porque Hollow Knight es mucho, mucho juego. El caso es que hemos tenido una grandísima década con grandes títulos. Habrá que ver que nos depara el futuro.
Indie Schatz |
Por mi parte, pese a la dificultad de elegir únicamente 10 juegos, la primera plaza estaba clara: The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Un juego que con 140 horas todavía me dejó con ganas de más y del que recorrí cada rincón y, aun así, dejando cosas por hacer. No es perfecto, evidentemente, pero en una generación tan marcada por los juegos de mundos abiertos pero vacíos se atrevió a crear un escenario vivo en el que situar al jugador y que sea él quien decida qué quiere hacer.
Le sigue Uncharted 4, una aventura que disfruté enormemente a todos los niveles y que no sólo era perfecto a nivel visual y jugable, sino también narrativo, comenzando por una introducción/tutorial/en capítulos previos... y acabando por un epilogo que supone un magnífico cierre para la saga (de la que ahora recuerdo que no tenemos análisis). Completaría el podio con Dark Souls 3, una obra que termina de redondear la formula souls con las luchas y escenarios más espectaculares de la saga.
Los siguientes puestos están reñidos: Portal 2, el imprescindible que podría perfectamente estar el número 1, Bloodborne, principalmente por su ambientación, The Last Story, un RPG de Wii semiolvidado del que me llevé una enorme impresión por su banda sonora, escenarios y sobre todo, jugabilidad. No pueden faltar The Last of Us, Bayonetta 2 y God of War. Cierro con Starcraft 2, un juego que entra por los pelos pero que no podía faltar por el salto que supuso en lo jugable tanto en su modo historia como en su versión online que concentra a multitudes como e-sport.
Twisen |
Y eso que varios de mis elegidos ya han sido nombrados por mis queridos compañeros. Porque sí, Breath of the Wild ha sido redondo en (casi) todo lo que planteó. Portal 2 vino a sentar cátedra en los First Person Puzler y en el diseño de enemigos. The Last of Us encumbró a Naughty Dogs como una de las más grandes creadoras de historias de nuestro tiempo. Y God of War... ¿Qué puedo decir de la reinterpretación de Kratos que ha hecho Santa Mónica? Los cuatro son merecidísimos imprescindibles.
El primero que Maide o Indie Schatz no han nombrado, pero que sin duda es merecedor de todos los premios y halagos que ido recibiendo es Hollow Knight. Esta joya aúna muchos de los avances de estos 10 años, como puede ser la belleza visual, el pixel-art perfecto, la narrativa ambiental o la dificultad bien entendida 'souls-like'. Pero no es un popurrí sin sentido, todo lo contrario, es uno de los mejores (si no el mejor) metroidvania que hemos podido disfrutar hasta el momento, pura magia destilada en un videojuego. Ah, y por si fuera poco, en un indie creado por tres ¡TRES! personas.
Pero tampoco quiero olvidarme de algunos títulos que, quizá por la lejanía temporal, no suelen aparecer en estas listas, pero que también nos han traído donde estamos. Assassins Creed 2 es uno de ellos ya que, como bien ha dicho Maide, esta ha sido la década de los sandbox pero sin que la primera aventura de Ezio hubiera existido, seguro que no habríamos visto tantos. Super Mario Galaxy 2, para mi, sigue siendo la mejor aventura tridimensional del fontanero, superando, por poquito, eso si, a la última Odisea en la que se ha visto envuelto.
La saga Kingdom Hearts era, y probablemente siga siendo, una de mis favoritas y, sin duda, alcanzó su máximo esplendor en Birth by Sleep, la aventura coral, para la primera portátil de Sony, que quiso explicarnos lo que ocurrió antes de Sora. Otra saga de videojuegos que alcanzó su tope en esta década ha sido Mario Kart, con su octava entrega. La más grande, la más completa y la más divertida de todas.
Y con esto van 9 juegos, pero permitidme un par de menciones de honor, que compartan el décimo lugar, por lo que han hecho por nuestro medio. Primero Journey, por su belleza y por demostrar que los walking simulator podían contarnos historias de gran intensidad. Por otro, The Bindings of Isaac por ser la punta de lanza de los modernos rogue-like que nos proporcionan infinitas horas de disfrutable y divertida desesperación.
Nawmsax |
Hasta cierto punto comparto el podio de Twisen: Portal 2 es EL imprescindible, y EL BICHO es el mejor metroidvania jamás hecho... pero Hellblade: Senua's Sacrifice es otro nivel. Ningún juego ha conseguido llevarme a cotas de inmersión, empatía y el más puro e indescriptible agobio como lo ha hecho esta obra maestra. Pura catarsis hecha videojuego.
Cuarto puesto para Bioshock Infinite, el cierre de la increíble saga de 2K y, de paso, su mejor entrega, con uno de los mejores finales de la historia del medio. Y le sigue de cerca Celeste: si el juego de Ninja Theory trataba con tanta valentía como respeto el tema de la psicosis, Celeste hace lo propio con la soledad, la superación y la depresión, todo aderezado con un plataformeo pulido y milimetrado, lo que en esta santa casa es BIEN.
En mitad de la tabla, What Remains of Edith Finch, un walking simulator con muchisísimo que ofrecer, seguido de esa maravilla visual con posible pérdida de pulgares que es Ori and the Blind Forest. El octavo puesto va para Dishonored, la IP de Arkane Studios que se ganó al respetable que con imaginación, un world building más que salvable, y una cantidad mareante de posibilidades de afrontar las misiones.
Y para cerrar la lista, el horrorosamente maravilloso Darkest Dungeon y, como algo de Platinum tiene que haber (y porque todos vamos muy de guais, pero nos gustan las flipadas más que a un tonto un lápiz), el décimo lugar va para Vanquish.
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