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[Análisis] Red Dead Redemption 2

El año pasado hubo un grandísimo nivel en cuanto a videojuegos se refiere y, por lo que llevamos de año, va siendo mejor que el presente 2019. Uno de esos títulos fue Red Dead Redemption 2, la precuela de Rockstar al mastodóntico Red Dead Redemption del año 2010. Un sandbox ambientado en el oeste americano, en el año 1899, con el principio del fin del salvaje oeste y comenzaba a aparecer la civilización.

A principios de año preparamos un pequeño vídeo sobre el juego, analizando sus puntos más fuertes en una rápida pasada, pero hoy vamos a desgranar el título en un análisis completo. Poneos cómodos, ya que Red Dead Redemption 2 tiene mucho, mucho de lo que hablar.


Corre el año 1899 y controlamos a Arthur Morgan en un viaje por las montañas junto a la banda de Dutch Van der Linde, huyendo de la justicia, con una caravana de refugiados y la necesidad de una nueva vida. El desastroso atraco en Blackwater los ha puesto en el punto de mira, sin dinero y con mucho que perder.

Los compases iniciales del título son bastante introductorios, sin grandes pretensiones más allá de enseñarnos lo básico para poder jugar, y presentando a personajes como el propio Dutch o un viejo conocido, John Marston. No vamos a contaros más sobre la trama como tal, ya que no somos nada amigos de los spoilers. Lo que sí podemos deciros es que la trama que acompaña a Arthur es una auténtica maravilla, con sus vueltas de tuerca, desarrollo de personajes, traiciones, problemas de la época...


El desarrollo de los personajes es muy marcado y, el de Arthur Morgan, muy profundo. Puede verse cómo no son personajes genéricos, sino que cada uno tiene sus problemas, gustos, ideales... Está todo cuidado al más mínimo detalle.

Las misiones principales, cuantiosas, varían mucho, y aquí hay que compararlas con las del título original. Son mucho más desarrolladas, y esto tiene su parte buena y su parte mala: las grandes misiones de la historia son espectaculares y de lo mejor del título, pero hay otras que se hacen extremadamente largas. En el Red Dead Redemption original las misiones eran más rápidas, más directas; en este título se fraguan más despacio, lo que hace que, a veces, puedan hacerse algo pesadas. La trama tiene altibajos, presentando algunas partes algo más planas y otras que son un auténtico vendaval. En lo personal creo que es uno de los puntos negativos, aunque completamente entendibles: no puedes tener una trama de tal magnitud al máximo nivel todo el tiempo.


Pasemos al control, uno de los puntos más fuertes. Sólo necesitamos un puñado de botones para llevar a cabo casi todas las acciones. Diales de armas, comida, saltar, correr, etc. También vuelve a escena el Dead Eye, el tiempo bala, algo que nos dará una pequeña ventaja sobre nuestros enemigos y ayudará en muchas ocasiones, como los duelos.

Eso sí, hay que tener rellenos los indicadores. Contamos con 5 indicadores que tener en cuenta a lo largo de la aventura: los tres de Arthur (vida, resistencia y Dead Eye) y los dos de nuestro caballo (vida y resistencia). Cada uno de los indicadores tiene dos partes: el núcleo, en la parte central, que servirá para recargar el indicador, y una línea externa que será la vida/resistencia que existe en cada momento. Tanto Arthur como nuestro compañero equino tendrán que comer y descansar, aunque esto se ve mucho más acentuado en nuestro personaje.

No comer de forma adecuada hará que nuestro peso no sea bueno (tanto por exceso como por defecto), lo que hará que nuestro núcleo se vacíe más rápido. Además, si comemos por ejemplo, galletas, nuestra vida aumentará rápido y se vaciará rápido, y si fumamos un puro nuestro Dead Eye se recargará en detrimento de la vida y resistencia. La clave está en el equilibrio, algo más complicado de lo que parece cuando estamos en el oeste americano. Un equilibrio en el que también entra la ropa de Arthur, ya que no podremos llevar ropa veraniega en la montaña ni abrigada cuando haga calor, ya que nuestros indicadores bajarán muy rápido. Así, es recomendable llevar un tipo de ropa y la contraria en el caballo para evitar sorpresas.


El sistema de honor también es algo a tener muy en cuenta. Nuestras acciones a lo largo y ancho del mundo tienen repercusión en nuestro honor. Si somos buenas personas la gente nos tratará mejor que si somos los más mezquinos y ruines. Todo depende de cómo queramos plantear nuestra aventura y nuestro personaje.

El clima varía junto con las estaciones, y el momento del día nos dará cambios tanto en temperatura como en la fauna que aparece. Puede parecer todo muy bonito cuando estamos a pleno sol, pero igual cae la noche y es aconsejable acampar y comer algo que vérselas en la montaña con una manada de lobos. Y creerme, pueden darnos más de un susto: mi primer contacto con ellos fue el de "bah, los despacho a tiros". Os aseguro que no salió como esperaba.


Tanto fauna y flora juegan un papel fundamental, ya sea como alimento o como materiales para fabricar nuestro equipamiento o como fuente de dinero; ahí ya entra en juego lo que busque el jugador en cada momento. Y no sólo tienes ciervos, perros, antílopes, caballos... hay como 600 especies diferentes de todo, desde mapaches a bisontes, que poder cazar. Eso y las plantas que conseguir para fabricar medicinas contra la mordedura de serpiente o para aumentar tu concentración. Y, además, están los dos mapas de criaturas y peces legendarios, los cuales hay que cazar para hacernos con sus pieles para fabricar los mejores equipamientos.

¿Quieres más? Hay más. Misiones a porrillo, una salvajada. A parte de las principales, tenemos una ingente cantidad de misiones secundarias y recados, diligencias y casas que asaltar, ganado que robar, carteles de busca y captura... eso sin contar los minijuegos como el dominó, el poker, o el juego del cuchillo.


El campamento es clave, uno de los pilares del juego. Un campamento en el que no nos limitaremos a ir a por misiones, dormir y cambiarnos de ropa, sino al que hay que surtir de alimento ya que, si no, comenzará el mal rollo y las discusiones periódicas. Eso y los recados propios de cada uno de los personajes: que si me regalaron una armónica y la he perdido, que si me quiero peinar y necesito gomina... es un no parar. Puedes empezar a jugar, estar 2 horas y, cuando te das cuenta, has hecho una misión principal y 40 bobadas.

Y, si sois fans de las fotos, el modo foto del juego (literal, cámara en mano), nos permitirá buscar las mejores fotografías de época. Eso u ocultar la interfaz y sacar capturas literales, allá cada uno.

El KKK también se deja ver en Red Dead Redemption 2

Uno de los mejores puntos del juego, son los combates. Tiroteos que bien pueden aparecer en una misión como ir por cualquier camino y que una banda te asalte... o te apetezca atracar una diligencia o un tren. Saca tu arma, apunta y dispara. ¿Tu arma? Uno de los tropecientos revólveres que hay, además de los diferentes fusiles, escopetas, dinamita, tomahawks, cuchillos... que hay configuraciones para todos los gustos. Y una gran cantidad de armas se traduce en una gran cantidad de balas que comprar y armas que mantener: de nada sirve un revolver sin munición o muy desgastado contra un grupo de enemigos. Eso, o no elegir bien la cobertura, ya que los enemigos se irán moviendo para flanquearnos...

Red Dead Redemption 2 incluye también un modo online que bebe directamente de GTA Online, y eso incluye a los plastas de turno que sólo se dedican a matarte. En ese modo online podremos hacer misiones, batirnos en duelo, jugar duelos por equipos o captura la bandera... otro añadido más que tener en cuenta.


Red Dead Redemption 2 es una auténtica joya de videojuego. Un juego basto, enorme en cuanto a extensión y contenido, en el que perdernos y disfrutar cada momento, todo ello acompañados de una banda sonora muy acorde y genial. Se trata de uno de los mejores juegos de la generación y, junto con su primera parte, uno de los mejores sandbox de la historia. Un juego que solo puede recomendarse, entregarse a él y disfrutar.

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