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[Análisis] Puzzlement

Hace un par de días que terminé Knights y ya traigo otro análisis de un juego de puzles. Puede haber parecido más tiempo porque tenemos una cola de entradas pendientes que esto parece un banco a primeros de mes. Pero para mí sólo han pasado dos días desde que acabé un análisis y empecé el otro, así que como podréis suponer no voy a hablar de un juego muy largo (77 minutos en mi caso, para ser más concretos).


Puzzlement es corto, sí, pero es que además se hace corto. Principalmente porque gusta. Es minimalista, tiene música relajante (el combinado de los puzles) y una jugabilidad que sí resulta bastante novedosa y llamativa. Básicamente porque mezcla un comecocos (aunque realmente estamos controlando a un fantasmita) con moverse por múltiples dimensiones de una forma muy original.

El objetivo en cada escenario es conseguir todos los cocos (qué bolitas ni bolitas, si se llama comecocos será por algo). Para ello tenemos que movernos por el escenario, evidentemente. Lo que ocurre es que el escenario está en tres dimensiones, pero nosotros nos movemos por dos: a un lado y a otro, y saltar y caer. El movimiento está limitado por cuadrados, así que no fallaréis ni un salto u os pasaréis de frenada, pero puede que si tengáis problemas al orientaros.


El principal fundamento de Puzzlement es ése, orientarse en tres dimensiones con las reglas de dos (o al revés, no me ha quedado muy claro). Y no es nada fácil, palabra de persona con buena orientación espacial.

No obstante, el juego tiene un problema: se hace fácil. Cierto que hay niveles un poco más complejos, ya que en algunos no sólo tenemos que movernos nosotros, sino que también hay que mover el escenario, o tendremos que controlar a tres muñecos al unísono, pero éstos serán sólo una pequeña fracción de los 50 niveles con los que cuenta Puzzlement. El resto se supera sin tener que pensar mucho, ya sea a lo bruto o trazando unas simples rutas (si desde el punto inicial no llegas al punto B por el lado izquierdo, pues tendrá que ser por el derecho).

Cierto es que el concepto del juego no admite niveles mucho más difíciles. Primero porque, como decía, no es fácil orientarse, y el cerebro te hace chiribitas cuando no consigues encajar los cuadrados en un esquema dimensional físicamente plausible. Y segundo, porque diseñarlos tiene que ser extraordinariamente difícil. Si en Knights decía que gracias al movimiento del caballo podías resolver cualquier cosa, aquí estás mucho más limitado.


¿Supone esto un problema para Puzzlement? Diría que depende del jugador. Si lo que buscas es romperte la cabeza con rompecabezas imposibles, hay opciones mucho mejores. Pero si solamente quieres pasar un rato agradable, disfrutando de un concepto divertido y original, los menos de dos euros que cuesta bien lo merecen. Personalmente, lo recomiendo sin ningún género de dudas.

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