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[Análisis] Monster Hunter World

Tras dos semanas desde su salida Monster Hunter World ha calado fuerte entre la comunidad de jugadores. Junto con Dragon Ball FighterZ se ha convertido en un gran lanzamiento y, tras darle caña durante unas 40 horas, toca analizar este título. Ya os traje las impresiones de la beta, pero esto debía hacerse en profundidad.


El Dragón Anciano Zorah Magdaros migra al Nuevo Mundo, y los cazadores deben ir tras él y descubrir sus secretos y el porqué de sus acciones. Durante la travesía, el barco se ve atacado por el dragón y acabamos en el Nuevo Mundo sin armas o equipo. Tras ser rescatados llegamos a Astera, nuestro nuevo hogar.

La historia de Monster Hunter World es simple, la saga nunca se ha caracterizado por una campaña con giros argumentales o una trama superdesarrollada. Lo relatado únicamente sirve como un nexo entre las misiones y no tiene demasiada importancia. Está ahí porque algo debe haber. Iremos avanzando y cazando bichos más y más fuertes, cogiendo sus partes y montando nuestro equipo y armas.

Lo que prima en este título son sus mecánicas y jugabilidad. Un lavado de cara respecto a títulos anteriores y multitud de cambios marcan este nuevo Monster Hunter. Como ya os comenté en la beta, tenemos multitud de armas con las que jugar y especializarnos en algunas de ellas. Las clásicas siguen, como el espadón, la katana o el arco, pero otras nuevas aparecen en escena: el glaive y el hacha-espada, y otras, como las ballestas, cambian totalmente su forma de jugar, siendo el control de éstas últimas "prácticamente" el de un shooter. En nuestra mano está decidir nuestro estilo de lucha y armamento favorito.

Otro cambio muy importante dentro de la saga es el sistema de armaduras. Anteriormente debíamos adquirir un set completo (casco, pechera, brazales, cintura y grebas) para tener acceso a las habilidades especiales de la armadura, y había armaduras de maestro de espada y de artillero. En este Monster Hunter esto ya no va así, pudiendo combinar las partes de las diversas armaduras a nuestro gusto y adquiriendo una habilidad diferente por cada una de ellas (el set completo nos proporciona algo estético y una pequeña mejora, pero no va más allá), y todas las armaduras valen para cualquier arma.


El desarrollo de armas y armaduras cambia. Las armaduras pueden mejorarse con esferas de armadura, si bien no merece mucho la pena hasta las de rango alto, ya que siempre habrá monstruos que nos den mejores piezas. El sistema de mejora de las armas es totalmente nuevo, apareciendo en escena un árbol de desarrollo con las diversas ramas de incremento. A partir de dos vertientes de cada una, el arma de minerales y el arma de hueso, iremos eligiendo la dirección de nuestro árbol acorde a nuestras preferencias y necesidades. ¿Buscamos un arma de elemento fuego? Caza al Anjanath y hazte su katana. ¿La cacería es de un dragón tipo agua? Decántate por la vertiente eléctrica del árbol de las dagas duales. Existen multitud de combinaciones para enfrentarnos a los diversos desafíos.
Destacar en este punto de mejoras la aparición del "equipo deseado" pudiendo marcar la mejora de armadura o arma que buscamos. El juego nos avisará cuando tengamos las piezas necesarias, no teniendo que estar constantemente yendo a la forja a ver que nos demandan. Un acierto.


El desarrollo de las armas cambia totalmente y para bien

El mapeado del juego se compone de diversas zonas con su fauna y flora correspondiente. Y es aquí donde aparece el otro gran cambio. Los mapas están divididos en zonas, sí, pero ya no son zonas estancas con un punto de carga entre cada una de ellas. Todo el mapa es accesible desde la misión, sin cargas, y el ecosistema es vivo e interactúa. Podemos estar luchando a brazo partido con la Rathian de turno, que igual aparece en escena otro de los objetivos y se une a la lucha; y puede venirte de perlas porque las dos criaturas pelearán por su supremacía, o puede que tengas un problema doble (o triple). También hay determinadas zonas que utilizar a nuestro favor en el entorno, como las rocas o trampas naturales, además de poder encaramarnos a lomos del objetivo para curtirle sin piedad.
Los campamentos nos dan otra de las grandes novedades: en ellos podemos volver a comer y cambiar nuestro equipo, aún estando en misión.

La cantidad de misiones es ingente. Tenemos a nuestra disposición encargos de la historia (los cuales también pueden hacerse con amigos una vez vista la cinemática) como investigaciones, peleas en la arena, encargos de búsqueda de materiales, etc. Nunca acabamos. 

Los escenarios son realmente bonitos

El sistema de combate es una delicia. Es fluido y dinámico, fácil de aprender pero difícil de dominar. En mi caso, por ejemplo, el control de katana lo tengo muy pulido, pero las ballestas o el hacha ya no tanto. Y siempre quieres aprender y dominar otras armas. Además no hay tirones de frames ni caídas, ni siquiera en el multijugador. Durante todo el tiempo jugado (un 80% ha sido online con amigos) no he tenido ningún problema, ni de conexión ni de dificultad para jugar.

Cada cierto tiempo aparece una misión de caza de un monstruo de tamaño colosal. Los veteranos de la saga (entre los que me incluyo) recordarán con cariño el enfrentamiento de la fortaleza contra el gran Lao Sang Lung o el Shen Gaoren. El Zora Magdaros ha venido a ocupar su lugar.


Capcom ha sabido adaptarse de forma magistral a los nuevos tiempos y crear un Monster Hunter más rico y bello que nunca, que hará las delicias de los cazadores experimentados y atrapará a mucha gente nueva con un sistema de juego fácil de aprender. Es un grandísimo juego que nos dará horas y horas de diversión (como dije al principio del análisis llevo unas 40 horas, pero no he hecho mas que empezar). Hay muchas más novedades y cosas por descubrir, pero preferimos que quede de vuestra mano.

El juego es perfectamente disfrutable tanto en solitario como en compañía, pero si vas a jugarlo solo yo esperaría un poco a que bajara de precio (aún así, si buscas un juego nuevo es muy recomendable). Si tienes un puñado de amigos que van a jugar el título, es una compra prácticamente obligada.

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