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[Análisis] Transistor

Como se acerca el final de año, hay que ir cerrando cositas, aunque sólo sea por la sensación de que somos capaces de concluir algo en la vida. Ya llegará Enero para ponernos a prometer como si no hubiera un mañana. Lo que tiene decir que vas a hacer cosas en cada artículo que escribes es que, cuando realmente te pones a hacerlas, tienes donde elegir, y eso me permite seleccionar según mi estado de ánimo. En concreto ahora me apetecía un juego cuqui, de los que merecen ser elogiados durante mil palabras para que lo juegue todo el mundo, pero como el que se me vino a la cabeza ya lo había analizado, decidí seguir con el siguiente juego de la misma compañía: Transistor.


Transistor recuerda enormemente a Bastion, a pesar de ser muy diferente. Ni la historia, ni la ambientación, ni el combate se parecen, pero aun así es verlo (y sobre todo, escucharlo) y volver a aquel mundo que surgía a pedazos. Pero sólo un poco, porque Transistor pronto se hace de querer por sí mismo.

Para empezar, Red, nuestra protagonista, que ha perdido la voz, es un personaje enigmático del que tendremos que ir reconstruyendo su historia. El juego no sólo gira en torno a ella, sino también a su espada, la Transistor, que además del aparato con el que dar leña a los malos, es el narrador y compañero de nuestro viaje. Porque claro, es una espada parlante, y como tal no puede caminar. Sin entrar a destapar mucho la trama del juego, esta espada parecía destinada a acabar con la vida de Red y acabó en el pecho de alguien cercano a ella, absorbiendo parte de la personalidad del difunto (y también la voz de Red).

Fragmentos de la historia se nos muestran en llamativas imágenes como esta.

Este enorme poder de absorber como una aspiradora nos da la posibilidad de incrementar los poderes de Transistor a partir de fiambres varios. Así, adquiriremos nuevas características que podremos equipar como habilidades activas, pasivas, o mejoras de otras actividades, de forma que un mismo poder vinculado a un espíritu (podemos incluso leer la biografía del desafortunado en cuestión en el menú de poderes) puede usarse de muchas formas, e incluso con pocos poderes las combinaciones son enormes.

Por ejemplo, en uno de los diversos modos de entrenamiento, que aparecen en una especie de retiro veraniego al que podemos acceder en varios puntos de la historia, se nos dan tres poderes iniciales para hacer frente a la primera ronda de enemigos. Podemos equipar los tres para dar tres tipos de golpes diferentes, o sólo dos y el otro dejarlo como habilidad pasiva, o incluso solo uno mejorado y una pasiva. En cada una de las siguientes rondas se nos dará un nuevo poder, y las combinaciones, como estaréis pensando, son enormes.


Los enemigos son muy variados, aumentando gradualmente de dificultad.

Además de estos poderes, cada vez que subamos de nivel podremos elegir también si queremos desbloquear espacios para poderes pasivos, para mejoras, o algo así como memoria para poder cargar más poderes. Porque resulta que cada habilidad requiere de unas ciertas barritas de espacio, y tener muchos huecos de habilidades libres pero ningún espacio se traduce en no poder "cargar" dichas habilidades, así que tendremos que equilibrar bien todos los aspectos.

Contamos además con un componente estratégico importante, ya que durante el combate podemos activar una especie de pausa temporal que nos permite llevar a cabo de golpe y porrazo un cierto número de habilidades... dejándonos indefensos durante el tiempo equivalente al gastado. Esto nos permite encargarnos de algunos enemigos muy rápido, o pararnos a examinar cómo encargarnos de la situación, así que definitivamente compensa usarlo a menudo, siempre que no sea a tontas y locas.


Al morir los enemigos aparecen células de energía que, si no se recogen rápidamente, dan lugar a estos otros contrincantes.

Como veis, el combate es complejo, pero es precisamente esto lo que hace que no nos aburramos durante las aproximadamente cinco horas que dura el juego, que de otra forma se haría pesado. Al igual que ocurría en Bastion, el avance es lineal y se basa en destruir enemigos (aquí llamados "procesos"), y si eso no funcionase, la historia de fondo o el precioso apartado artístico no serviría de nada.

Pero todo se coordina a la perfección, y si los combates son entretenidísimos, avanzar por la ciudad de Cloudbank es una delicia. Música y gráficos son simplemente espectaculares, a pesar de la falta de variedad (todo transcurre en la futurística ciudad, aunque conoceremos diferentes partes de la misma).

El apartado artístico es espectacular, tanto en su diseño como en una banda sonora increible.

En resumidas cuentas, Transistor es una experiencia corta pero inolvidable. Es un juego para jugar en 3-4 tardes como mucho, ya que alargarlo mucho más puede hacer que no se termine de captar toda la esencia de los combates o de la historia. Personalmente, he de reconocer que me gustó más su predecesor, pero Transistor desde luego no baja el listón en ningún momento.

Comentarios

  1. Pues yo lo tengo a medias porque, aunque utilice un universo muy computacional con un combate muy parecido a un protolenguaje de programación, no terminó de engancharme :S. Coincido en lo maravilloso de su apartado artístico pero quizá esperaba algo un poco más de acción y menos de estrategia, no se...

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    Respuestas
    1. Este juego habría sido mejor si el combate fuera un machacabotones. Le habría dado mucho más dinamismo.

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  2. A mi me gusto bastante más Bastion. Y este de hecho la primera vez lo deje a medias, porque justo lo empecé a jugar a cachos mientras jugaba otro par de juegos, y no terminaba de dar con él. Pero si lo juegas de seguido gana mucho (aunque, como digo, para mi gusto Bastion era más divertido)

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