A todos nos gustan los indie. Y si encima nos los dan gratis, mejor que mejor. La gente de Fanatical, en colaboración con PC Gamer, sorteó hace unas semanas varios packs con tres juegos, entre ellos 12 is Better Than 6; y aprovechando que esta semana sale el DLC The Apostles, ¿qué mejor que un análisis? Sí, vale, igual se nos está yendo de las manos lo de sacar tajada de los estrenos para publicar juegos con solera; pero la culpa no es nuestra: es de nuestras carteras vacías y de la alergia que nos tiene el trabajo justamente remunerado.
1873. Un convicto huye por el desierto, entre México y Texas. No recuerda su pasado, y su única compañía son su revólver, su cuchillo, y el sombrero de un mexicano muerto. Con astucia y sangre fría, deberá abrirse paso en un mundo que lo quiere bien muerto.
Y precisamente eso, el mundo, es el punto fuerte del juego de Ink Stains Games y HypeTrain Digital: dibujado a mano, con una estética de papel y boli de caerse la baba, todo desde una vista cenital tan sencilla como efectiva. Tanto nosotros como nuestros enemigos no seremos más que sombreros con o sin armas a la vista (lo cual, dicho sea de paso, puede llegar a ser un quebradero de cabeza si uno va muy a saco), salvo cuando estén dormidos/amochados. La única nota de color la pondrá el rojo de la sangre que derramemos. Y si el apartado visual es una delicia, no lo es menos el sonoro: una música que nos mete de lleno en el western más puro, con algún toque eléctrico que le va a las mil maravillas.
Como decía en la sinopsis, tendremos cuchillo y revólver, siendo aquél la única arma permanente (sólo podremos llevar un arma a distancia a la vez: revólver, escopeta, rifle o arco), junto con la siempre fiable dinamita, en cantidades limitadas. El cuchillo será lo más recomendable, ya que disparar/dinamitar a un pobre diablo nos supondrá lidiar con todos sus colegas en masa, lo cual será un problema, tanto por la dificultad del juego (un tiro y muerto... lo cual es lógico, por otro lado), como por el sistema de disparo: amartillas el arma con click derecho, disparas con click izquierdo, y vuelta a click derecho para volver a amartillar. Creedme cuando os digo que un tiroteo a revólver contra tres es un auténtico suplicio. Para evitar esas situaciones, habrá que ir con sigilo por el escenario, controlando las patrullas enemigas, y calculando cada movimiento y acción que vayamos a hacer: un paso en falso, y vuelta a empezar. Sí, es muy Hotline Miami, y le va que ni pintado.
En determinados puntos, la trama principal se detiene; tendremos entonces la posibilidad de explorar algún pueblo grande; nada especialmente importante, pero sí útil, ya que, aparte de seguir nuestra historia, nos ofrecerán contratos de cazarecompensas, en los que asaltaremos guaridas de bandidos, eliminando a todo bicho viviente y quedándonos con sus dolarines. ¿Y en qué invertir nuestros dineros? En mejoras para nuestro personaje, también disponibles en el pueblo de turno: duplicar la capacidad de munición, balas que rebotan, ratas-bomba... lo típico.
¿Tiene puntos negativos? Desde mi punto de vista, no; si acaso, el que la perspectiva cenital combinada con sombreros mexicanos no siempre es buena idea (observad la primera imagen: ¿hacia dónde está mirando el protagonista?), pero con calzarle un tiro en el pecho al tío en cuestión se arregla.
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