El otro día hablábamos del Rayman Origins y me vino a la cabeza que por qué no os recordaba por aquí uno de los más épicos momentos de su segunda parte, Rayman Legends.
El añadido más genial que tuvo este juego fueron los niveles musicales que aprovechaban el ritmo de las canciones de fondo para marcarle al jugador cuando tenían que realizar cada acción. Hacerlos perfectos se convertía en toda una subida de moral. Son los herederos de los niveles del "cofre" y los dientes de rubí de su antecesor. Sin más os dejo con el que probablemente sea el mejor exponente de lo que os hablo The Eye of the Tiger versión mariachi. Disfrutadlo.
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