Este es un "primeras impresiones" bastante atípico ya que lo voy a hacer tras haberle dedicado más de 35 horas al juego, en su versión de Nintendo Switch. Tiempo más que suficiente para terminar la mayoría de los juegos actuales al 100%, y no digamos de los indies que nos suelen gustar por esta casa. Pero es que Breath of the Wild juega en la liga de los videojuegos enormes. En realidad no llevaré ni un 33% del mismo.
He de reconocer que tenía mis dudas acerca de esta iteración de la franquicia. Lo que se sabía hasta su lanzamiento es que iba a tocar muchas de las convenciones de la saga. Llevaban ya unos cuantos experimentos, como la posibilidad de comprar todas las armas y artefactos desde el principio del juego, que veíamos en A Link Between Worlds que... bueno, no dejaban de ser raras, sin querer desmerecer al juego.
En este caso Nintendo optó por decir que se habían acabado las mazmorras, que ese sistema ya no iba a estar disponible. Que durante el juego tendríamos acceso a 100 pequeñas pruebas, que nos recordarían a las habitaciones de esas mazmorras, pero que mazmorras como tales no iba a haber. Eso me chocó mucho, sobre todo porque yo soy fan de los Zelda 2D donde lo más importante era precisamente el diseño de las mazmorras y la imposibilidad de moverte por el mapa sin los objetos que ibas obteniendo en cada una de ellas.
Otro de los cambios que me daba mucho miedo era la insistencia de Nintendo de que podías enfrentarte, y vencer, a Ganon desde el principio del juego (tras superar el tutorial, eso si xD). Y eso se confirmó antes de la salida oficial ya que varios speed runners lo demostraron. Eso implicaba que la importancia de la historia en este juego debía ser menor, por pura necesidad.
Es cierto que se había inspirado mucho en los juegos de rol occidentales, de los que nunca he sido muy fan precisamente por estos motivos que he aludido, pero que mi opinión no podía contar mucho porque nunca me había enfrentado a uno de una forma seria y profunda. Además, no deja de ser Nintendo manejando una de sus sagas más importantes y famosas, había que confiar.
Y la confianza no era infundada. Lo que puedo deciros de lo que llevo hasta el momento es que Breath of the Wild es uno de los mejores juegos que se han creado nunca. Incluso el nombre le viene al pelo, cuando piensas en él, en lo que has hecho y te queda por hacer, en su Hyrule, en las aventuras que hay en él te das cuenta de que es precisamente eso, un soplo de aire fresco en la franquicia, una inmensidad salvaje esperando a ser explorada, una naturaleza viva que está cuidada desde los más enormes enemigos hasta los insectos más pequeños. Hyrule está vivo, más vivo que nunca, es el mundo más vivo de todos en los que yo me he introducido en mis años de jugador.
Respecto a mis reticencias respecto a las mazmorras, los objetos y la posibilidad de recorrer todo el mundo directamente he de decir que eran infundadas. El juego comienza del modo más clásico posible, recogiendo poderes necesarios para avanzar y aprendiendo a usarlos en santuarios. Una vez conseguidos se abre ante ti la inmensidad del mundo y si, en principio, puedes ir a cualquier sitio.
Pero eso no es del todo cierto, hay lugares que son virtualmente inaccesibles para un joven Link incapaz de defenderse por si mismo, con una cantidad muy limitada de estamina y sin saber nada de cómo funciona el mundo. Es imposible llegar a escalar una alta y escarpada montaña en ese punto, es imposible atrapar un buen caballo, es imposible enfrentarte a un guardian o incluso a un mero bokoblin un poco poderoso.
Tus armas se rompen a los pocos golpes y apenas eres capaz de rozar a tus enemigos, que te pueden fulminar con una sola flecha. En las primeras horas del juego te ves huyendo asustado de todo lo que encuentras a tu paso. Y es algo genial. Te sientes pequeño ante un mundo increíblemente grande y lleno de peligros.
De vez en cuanto te vas encontrando algunos santuarios, los sencillos de encontrar, que se corresponden con las pruebas más asequibles, o no. Las pruebas que te plantean estos santuarios ya no consisten en "utiliza la bomba en esta pared", no. Son más complejas e interesantes. Las que se corresponden con puzzles, las hay que son de batalla y las hay que la dificultad está en llegar a su entrada. Los hay de muchos tipos.
También hay pruebas que se te plantean en el exterior. Como he comentado, llegar a algunos sitios tiene especial dificultad, máxime cuando llueve, pero también hay que realizar tareas que requieren de astucia y experiencia. Las torres no son simples atalayas como en Assassins Creed, para aproximarnos a ellas habrá que sudar y pensar, al menos en algunas de ellas. Además, en teoría, hay cuatro grandes mazmorras que superar. Yo, ahora mismo, me encuentro a las puertas de la que será mi primera experiencia con ellas, ya os contaré en el análisis final.
Si tengo que hablar de mis miedos acerca de la historia tampoco puede decirse que lleve demasiado, pero aún así me está gustando mucho. Es otro tipo de narrativa, en retrospectiva, que te lleva a querer saberlo todo, saber qué ocurrió, por qué. Quieres saber hasta el último detalle y es algo que depende solo de tu curiosidad y cuánto investigues porque puedes acabar el juego con los mismos conocimientos que Link al despertar, o puedes desentrañar toda la complejidad de la historia. Como os he dicho yo llevaré como un tercio del juego y, por tanto, un tercio de la historia. A mi no me está decepcionando y no quiero pasarme el juego antes de ver la historia al completo. Por suerte me estoy manteniendo bastante limpio de spoilers.
Los completistas también tienen su lugar en este Breath of the Wild. Hay muchas muchas cosas que completar, si quieres hacerlo. Empezando por los santuarios y mazmorras, claro. Pero también los innumerables Kologs repartidos por el mapa, la inabarcable cantidad de armas, la variedad de trajes y combinaciones de los mismos, las recetas, los enemigos e ingredientes... Casi todo es coleccionable en hyrule, y hay un buen número de misiones secundarias para irlo descubriendo.
Como podéis comprobar el juego me está gustando mucho, y aún me quedan muchas aventuras que vivir en su mundo. Así que la conclusión es sencilla, de momento es un juego absolutamente recomendable que no debéis perderos aunque tardéis en haceros con él. Casi el único problema que le achaco es que no salió para WiiU en exclusiva, lo que habría revitalizado una consola que no era nada mala pero que Nintendo se empeñó en asesinar prematuramente. Switch es una plataforma muy buena para jugar a este nuevo The Legend of Zelda, pero tampoco era necesaria su salida si hubiesen pensado un poquito mejor la estrategia de la hermana menor de Wii. En cualquier caso, en la plataforma que sea, este juego marcará un hito en la historia de los videojuegos, un nuevo escalón, un espejo en el que empezar a mirarse los desarrollos posteriores, como ya lo fue Ocarina of Time. Si tenéis ocasión y sabiendo que aún son sólo "Primeras Impresiones" os animo a jugarlo, vivirlo más bien.
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