Hace ya un tiempo que aprovechamos que estaba a punto de salir al mercado la última entrega de The Banner Saga para traeros los análisis de los dos primeros juegos, y así prepararos para la que sería el punto final de la trilogía. Todavía nos hemos retrasado un poco, ya que no ha sido hasta mi cumpleaños que he podido disfrutarlo gracias al oportuno regalo de la trilogía al completo.
Así, no he podido resistirme a jugar la saga de nuevo de principio a fin, haciendo que las decisiones tomadas en los primeros juegos se mantengan en este último y así refrescar un poco la historia. La primera y segunda entregas no aburren por mucho que se jueguen, pero resulta un poco decepcionante que al hacer el port a PS4 no los hayan mimado como se merece: erratas en los textos, cuelgues, y textos de menús excesivamente pequeños. Estos problemas, sin embargo, no se dan en la entrega que aquí analizamos y, aunque se agradece mucho cómo se han cuidado estos aspectos, no deja de molestar tener un disco con una trilogía en la que parece que se han metido las dos primeras entregas de malas maneras para completar el pack.
Empezando con el juego en sí, estamos hablando de la mejor entrega en casi todos los aspectos, y donde se nota la mayor evolución es en lo jugable. Por ejemplo, en la primera entrega teníamos escenarios normales, tableros, que en la segunda parte ya contenían obstáculos tales como grietas o barricadas. Aquí hay una variedad mucho mayor de escenarios, con fuego, brechas, cristales, etc. La inteligencia de la máquina también parece haber evolucionado, y rara vez acabaremos una batalla sin bajas.
Tenemos también una variedad enorme de personajes para usar en las batallas. Incluimos así entre nuestros aliados dredge de distintas clases, brujas y guerreros, y el ya conocido elenco de humanos, varls y centauros. Más variedad de enemigos que requieren nuevas estrategias. Un mayor nivel en todos lo personajes para sacarle todo el jugo a las batallas. Más niveles de reputación. Nuevas habilidades y objetos. Un nuevo modo en algunas batallas, que permite luchar varias rondas seguidas de forma opcional. En fin, más y mejor.
Sin entrar mucho en la historia para no destripar nada, decir que seguiremos teniendo que cuidar de nuestra caravana, pero sólo en parte. Al haber alcanzado ya el objetivo planteado con la misma, la ciudad de Arberrang, el hecho de gestionar provisiones y gente no parece muy importante más allá de los dilemas morales, aunque luego sí llegue a serlo. Además, en un momento dado también tendremos que gestionar el tiempo para coordinar las dos historias que se están dando a la vez: la de la caravana original y la de los valka que buscan arreglar el entuerto.
Como decía, a nivel de combate he disfrutado de lo lindo en ambas partes, pero también hay que comentar lo descompensado que está a nivel de personajes. Esto es normal por cómo transcurre la historia, pero da un poco de rabia que en una de las ramas tenga varias decenas de combatientes de los cuales sólo acabo usando unos pocos (la alineación titular y algún suplente si hieren a alguno de ellos) mientras que en la otra no sepa muy bien cómo salvar el día cada vez que pierdo a alguien.
Porque de hecho, en esa segunda rama tuve bajas importantes entre mis filas no ya en las batallas (esas heridas curan), sino en las decisiones. Al rato de empezar por ahí me quedé sin uno de mis principales apoyos. Bien entrada la historia, sin otro. Y los sustitutos no daban la talla. Y sin embargo, en la zona principal, ningún caído, oigan.
La historia en sí supone un buen cierre a la saga. Se desvelan todos los misterios que nos tenían en vilo. Tenemos una buena cantidad de conversaciones para profundizar en la personalidad de otros personajes. Y por si fuera poco, varios finales en función de cómo actuemos. Por el lado más flojo, muchos personajes siguen siendo un misterio (personalmente me intriga mucho Tryggvi), y en algunos casos se echa de menos unas palabras sobre los personajes importantes que mueren por nuestras decisiones.
Termino, como es costumbre, con el apartado audiovisual, del cual ya no se puede decir nada más. Afortunadamente no han cambiado nada, cosa que en ocasiones desluce sagas al variar el estilo del conjunto. Magníficos dibujos, gran música, y un doblaje (en inglés) que aunque sólo se encuentra en un par de sitios concretos encaja a la perfección.
¿Recomendado? Por supuesto. Pero incido de nuevo en lo dicho en anteriores casos, no a todo el mundo le gustarán las largas charlas y las lecturas interminables que, si bien en esta última entrega están reducidas más de lo que a mí me habría gustado, en los juegos anteriores son importantes. El sistema de combate por turnos es el mejor que he probado en juegos de este estilo, y la variedad de personajes que tenemos (o mejor dicho, que podemos llegar a tener, ya que muchos de los más llamativos dependen de nuestras elecciones) hacen que todas las batallas sepan a poco. Audiovisualmente es precioso, y la historia (recomendable jugarlo todo del tirón) está perfectamente hilada. ¿Acaso hace falta más?
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