Narvales intergalácticos con cabeza de T-Rex y/o cuerpo de burrito luchando por apuñalarse el corazón mutuamente en escenarios espaciales retro. Eso es Starwhal.
Y hasta aquí el análisis. Porque si con semejante sinopsis no te atrae, poco puedo hacer yo por convencerte. Así que nada, hasta otro rato.
¿De verdad me vais a hacer escribir más? ¿Después de ver ESTO? |
Está bien, vamos allá: Starwhal viene a ocupar el hueco que dejaron aquellos juegos de sofá, cuando nos juntábamos cuatro amigos frente a la tele a pasar la tarde. Y sí, sé que los FIFA, NBA y demás tienen de eso, pero en el juego que nos ocupa el multijugador es única y exclusivamente local. Así que ya sabéis, a moverse tocan.
Como decía al principio, eres un psicodélico narval en su lucha por ser el cetáceo estelar definitivo. Y los controles no podrían ser más simples: joystick izquierdo para guiar al bicho, equis para impulsarlo, y cuadrado para la llamada de apareamiento burlarte del rival. Pese a su simpleza, funciona a las mil maravillas, y te permite hacer cuanto quieras (dentro de las limitaciones físicas de nuestro colorista odontoceto, claro está).
Los escenarios son típicamente arcade, pero no por ello menos atractivos. |
En cuanto a modos de juego y escenarios a eleGir, de los primeros ofrece los típicos del género (rey de la pista, puntos por muerte, aguantar en una zona delimitada o retener el objetivo un tiempo determinado), y de los segundos va sobradamente servido; ahora bien, tiene el socorrido menú de aleatoriedad, para evitar eleGir siempre los mismos (que nos conocemos, y somos muy de buscar el factor campo).
¿Y lo del T-Rex y el burrito? Pues aparte de modo de juego y escenario, también puedes eleGir la apariencia de tu animalillo, cambiando su color, y personalizando su cabeza y su cuerpo. Para la primera tienes desde la ya citada cabeza de T-Rex hasta un sombrero mejicano, pasando por colmillo láser (sith o jedi) o cupcake; para el cuerpo, sushi, burrito, traje de Link... En total, más de noventa atuendos. Vamos, que si tu narval acaba siendo lo más soso del espacio, por falta de alternativas no será.
Algunos ejemplos de atuendos. Y sí, eso es el tabardo de Solaire. |
Ahora sí que sí, esto es todo. Un juego divertido, colorista y bastante adictivo, para pasar la tarde con amigos entre piques y risas.
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