Aprovechando que hasta ayer mismo regalaban Shadow Warrior Special Edition, ¿qué mejor que un análisis de Shadow Warrior Classic Redux? Pues un análisis de Shadow Warrior Special Edition, claro. Pero ése no lo he probado aún lo suficiente, y el Classic lo acabo de finiquitar, así que... ¡Classic Redux al canto!
Encarnamos a Lo Wang, ex guardaespaldas y actual némesis del mandamás de Zilla Enterprises, y buscamos venganza por la muerte de su maestro a manos de los demonios invocados por su antiguo jefe. Aunque la historia (dividida en dos actos) es lo de menos; aquí lo que importa es usar todo tu arsenal para convertir a esos malditos cabrones demonios en pulpa mientras soltamos tacos, frases malsonantes y bromas gore al más puro estilo Duke Nukem.
¿Es Putin con lolis? Es Putin con lolis. |
Y ya que citamos el arsenal, hablemos un momento de él, porque es hasta ofensiva la cantidad de amoche que podemos llegar a cargar: katana, shurikens, una escopeta con posibilidad de disparo doble, lanzagranadas... por tener, tenemos hasta un bazooka con misiles termonucleares; eso sí, a costa de que la radiación nos vendimie el hígado y nos cueza el cerebro.
Ah, sí, y cabezas demoníacas cercenadas que lanzan fuego por los ojos... |
Podremos gastar munición como si lo fueran a prohibir a lo largo de amplias zonas delimitadas, en las que tendremos que recolectar llaves (o tarjetas magnéticas) para poder avanzar y pasar así a la siguiente pantalla. Escondidos a lo largo de los escenarios tenemos diversos coleccionables, siendo los más importantes las galletas de la fortuna: sólo se pueden coger si nuestra salud está dañada o por debajo de 200 puntos, y nos otorgan un bonus de +50 (o una sanación del mismo coste), además de enseñanzas vitales como 'si te zurras en la iglesia, te sientas sobre tu pecado'. También encontraremos easter eggs y guiños de animes, series de los ochenta o películas de toda índole.
ESTA referencia a los Monthy Python es oro. |
Los enemigos que recogerán amablemente nuestros impactos para morirse en un chorro de píxeles rojos no tienen mucha variedad, más allá de cambios de color en la ropa/pelaje para distinguir su fuerza y armamento. Eso sí, incluso en la dificultad más sencilla, 'Pequeño saltamontes', pelear con tres o más a la vez puede resultar un engorro. Todo ello con sus jefes finales, a uno por acto, que al ser derrotados por primera vez se convertirán en un quebradero de cabeza habitual en según qué pantallas; unos jefes muy del gusto de los noventa, con ataques en área dentro de salas donde un paso en falso supone una muerte horrible.
Esta versión Redux viene con jugosos extras, como dos DLC que alargan la experiencia unas tres horas más, veinte logros de Steam y la posibilidad de elegir entre el juego clásico y su versión remasterizada; gráficamente la diferencia es apenas notable, pero la versión mejorada responde mejor a los controles.
Nadie putea a Lo Wang |
Shadow Warrior Classic fue uno de esos juegos muy del estilo de Wolfenstein o Duke Nukem, donde la casquería y la gamberrada primaban ante una buena historia. La versión Redux ahonda aún más en ello, y servidor no le pedía más. Me he echado unas buenas risas, y las cerca de 15 horas que me ha durado no se me han hecho largas (duras sí, especialmente en los jefes). No entraré en si los diez euros que vale son justos o no porque eso depende de cada uno; ahora, el juego clásico lo tenéis en Steam completamente gratis. Echadle un tiento.
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