"¡Son,
80 días son, 80 nada más, para dar la vuelta al mundo!" Pues sí, del viaje
de Phileas Fog vengo a hablaros. La novela de Julio Verne ha inspirado series,
películas y videojuegos, pero nada como el libro original para disfrutar de las
aventuras del caballero inglés y su ayudante francés Passepartout (normalmente castellanizado como Picaporte). Aunque aquí
también seamos grandes amantes de la literatura este blog es de videojuegos, y
no nos pararemos a analizar tan magnífica obra sino para comparar ciertos
puntos con el juego que nos ocupa. Simplemente, recomendamos su lectura a
aquellos que no la hayan realizado ya.
Al
igual que hemos comentado en juegos como Reigns, 80 days es más un juego para móviles
o tablets (yo me decantaría más por lo segundo) que para PC. A pesar de que consigue engancharte durante horas, su dinámica lo
hace adecuado para jugar a ratos; no requiere apenas potencia de computación y se podría igual de bien con
el dedo que con el ratón. En ordenador no hay ningún problema, desde luego, pero todos
sabemos que hay juegos que están hechos para medios concretos.
Eso si, antes
de avanzar más en el análisis creo que es importante recalcar que el juego está
completamente en inglés. Y al contrario de lo que comenté en otros juegos sin
traducir como fue el caso de Her Story (de hecho conseguí ambos en el mismo
bundle), no es un inglés especialmente fácil. No voy a decir que sea
incomprensible, pero sí que requiere un nivel elevado para evitar tener que
usar el diccionario un par de veces en cada frase. También cabe otra opción,
que es no hacer mucho caso a lo que te cuentan y tirar hacia adelante a lo bruto
sin atender a la historia que se va generando en cada viaje o a la información
que te den, pero sería poco recomendable tanto en términos de entretenimiento
como de jugabilidad.
Concreto esto porque podríamos decir que el juego
tiene dos partes más o menos diferenciadas, y la que ocupa la mayor parte del
tiempo es una aventura escrita. Algo así a lo "Elige tu aventura": un
texto principal nos va dirigiendo y según lo que hagamos o contestemos se nos abrirán nuevas posibilidades u obstáculos. Una mala decisión puede llevar a
acabar abandonados donde Cristo perdió el mechero, mientras que hablar con la
persona adecuada en el tono pertinente puede llevarte por una nueva ruta que desconocías.
De
estas formas también elegimos cómo emplear nuestro tiempo libre. Podremos
explorar la ciudad y embarcarnos en aventuras, quedarnos en el hotel planchando
tranquilamente o cuidar de Mr. Fog. Esto último resultará especialmente
importante, ya que nuestro empleador tiene un indicador de salud que disminuirá
cada vez que viajemos (o que tomemos alguna decisión dañina), y si no tenemos
suficiente antes de comenzar el viaje tendremos que esperar a que se recupere,
lo cual puede dar al traste con determinados transportes. Por lo general será
recomendable usar rutas seguras que gasten poca salud, pero en ocasiones las
peligrosas serán más rápidas o la única opción. Eso sí, podremos hacernos con
ciertos objetos que nos permitan disminuir nuestro desgaste como ciertos
equipamientos para zonas concretas.
Esos
objetos se comprarán en los mercados de las ciudades y los almacenaremos en
maletas. Pero ojo, cada medio de transporte nos permitirá llevar un número
máximo de maletas, por lo que habrá que elegir muy bien qué llevamos con
nosotros. No solo podremos transportar ropas para protegernos en los
viajes, sino también mapas con rutas y objetos con los que comerciar. Comprando
barato y vendiendo caro lograremos algún que otro fajo de libras que nos
facilitarán mucho el viaje, ya que la otra opción de conseguir más será
acudiendo al banco, situación que nos llevará más o menos días según la suma
que requiramos.
En
cuanto a los viajes en sí, la parte más entretenida para mi gusto, tendremos
que ir saltando de una ciudad a otra en función de las rutas disponibles. Una
vez llegamos a una urbe, podremos planear examinar que medios de transporte
tenemos disponibles, cuanto tardan hasta su destino, cuando salen, cuantas
maletas permiten y cuanta salud perderemos en el trayecto. ¡Pero cuidado!
Mientras planeamos el tiempo sigue pasando (y a menuda velocidad...) y si
dudamos más de la cuenta podemos perder el siguiente tren o quedarnos plantados
en el muelle y tener que hacer noche en un hotel hasta el día siguiente.
Cuadrar bien el viaje será, como poco, complejo. A veces encontraremos atajos que nos faciliten bastante la aventura, pero otras muchas coger el primer transporte que salga en lugar de pararnos a buscar otro nos traerá más de un quebradero de cabeza. Pondré un ejemplo: en mi primer viaje, llegué hasta el mar de china en poco más de veinte días. Sin embargo, una serie de malas decisiones y la falta de fondos (un billete en barco de entre 2.000 y 8.000 libras es un atraco a mano armada) me llevó a dar un rodeo entre Japón y EEUU, semana de vacaciones por cólera incluidas, y a recorrer un par de veces todo el Caribe viviendo prácticamente en la indigencia. Todo ello resultó en llegar a Londres 100 días después de la partida, perdiendo así la apuesta que dio origen a la aventura.
Cuadrar bien el viaje será, como poco, complejo. A veces encontraremos atajos que nos faciliten bastante la aventura, pero otras muchas coger el primer transporte que salga en lugar de pararnos a buscar otro nos traerá más de un quebradero de cabeza. Pondré un ejemplo: en mi primer viaje, llegué hasta el mar de china en poco más de veinte días. Sin embargo, una serie de malas decisiones y la falta de fondos (un billete en barco de entre 2.000 y 8.000 libras es un atraco a mano armada) me llevó a dar un rodeo entre Japón y EEUU, semana de vacaciones por cólera incluidas, y a recorrer un par de veces todo el Caribe viviendo prácticamente en la indigencia. Todo ello resultó en llegar a Londres 100 días después de la partida, perdiendo así la apuesta que dio origen a la aventura.
Pero el
juego no termina hasta que uno quiera, y podremos comenzarlo tantas veces como
queramos para batir nuestras marcas personales y las de otros jugadores. Los
trofeos también nos lo pondrán difícil si queremos completarlo al 100% (tardar
menos de 40 días, no sacar dinero del banco, no trasnochar en hoteles...), pero
lo realmente importante es disfrutar y probar distintas combinaciones. No hay
dos viajes iguales, y existen ciudades que estando fuera de las rutas lógicas,
podremos visitar simplemente por turismo.
Y por si os ha parecido poco, para los amantes de Verne el juego cuenta con varios guiños hacia muchas de sus novelas, así que nadie se extrañe si encuentra algún personaje o medio de transporte extravagante o demasiado moderno para el año en el que tiene lugar la historia. Unos pequeños añadidos que sientan muy bien al juego, que nos sumergirá por completo en la gran aventura que supone la apuesta de Phileas Fog. Una vez que se le da una oportunidad, resulta difícil desinstalarlo de nuestro ordenador.
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