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Mañana sale al mercado Shadow of the Tomb Raider, y esto es todo lo que sabemos

Están saliendo últimamente tantos grandísimos títulos que nos estamos aficionando a estos "y esto es todo lo que sabemos". Tanto que ya nos planteamos convertirlos en sección fija. Pero eso son planes futuribles y lo que toca hoy es hablar de uno de esos próximos lanzamientos.


Shadow of the Tomb Raider viene a contarnos el final de la trilogía de origen de la nueva Lara Croft. Con un texto tan enrevesado lo que quieren decirnos es que no es un punto y final sino un punto y seguido. No van a matar este éxito en crítica y ventas tan pronto. Pero viene a cerrar varios aspectos de la historia (que comenzó con aquel título que nos analizó Nawmsax hace tiempo) y, lo que es más importante, nos permitirá recuperar a la versión más parecida a la Lara que recordábamos con cariño hace unos años. Esa visión de espaldas de la protagonista que se ve en los distintos vídeos, ya con su ropa original nos toca la patata.

Formar parte de una trilogía le dota de continuidad, sobre todo en las mecánicas, con lo que no reinventarán una fórmula que funciona. Pero sí la evolucionarán. Quizá el mayor añadido que han anunciado es que vuelven los niveles acuáticos. Sí, eso que todos adoramos. Pero parece que llegan para aportar mejoras y no sufrimiento jugable. Hasta que no los probemos no podemos opinar con conocimiento pero desde luego lucen espectaculares.


El sigilo ganará importancia, con una presencia muy fuerte de los escenarios. Desde Eidos han querido hacer de la selva un entorno asfixiante para nuestros enemigos, en la que Lara se mueva como un jaguar. Ayudará para ello otra de las novedades, el camuflaje con barro. Todo para hacernos uno con la naturaleza salvaje de la selva suramericana.


Tanto se han centrado en concluir un origen que reescribiera el de la Lara Croft original pero que fuese razonablemente verosímil, que Shadow of the Tomb Raider estará plagado de referencias e incluso podremos jugar con una skin de la protagonista de antaño, como ya ocurría con su antecesor Rise of the Tomb Raider (aunque yo creo que queda un poco raro).


Las tumbas y criptas serán nuestro principal objetivo secundario ya que vuelven y lo hacen con un mimo especial. Habrá quien pase de ellas y quien las disfrute más que la historia, la cuestión es que forman parte del ADN de nuestra aventurera y es importante que tengan presencia en este juego. Claro que algo malo había que contar, y en esta ocasión, como en tantas otras, son los DLC. Eidos ha planificado todo un calendario de contenido descargable para el pase se temporada (¿otro caso de juego episódico?) y las siete mejores tumbas llegarán a través de este sistema. Yo esperaré a la versión GOTY porque esto no me gusta nada.


En cambio, sí que me parece acertadísimo el sistema de gestión de la dificultad, mucho más versátil de lo que estamos acostumbrados. Vaya por delante que yo soy partidario de los juegos que se diseñan de una forma concreta, con una dificultad concreta, y midiendo todos los detalles por parte de los creadores. Pero estamos en el mundo real y aquí hay niveles de dificultad, así que esta evolución en la que poder controlar por separado el desafío en exploración, combate y puzles es todo un acierto.


Poco más puedo contaros de este título, que opta directamente como candidato a juego del año, aunque la lucha está muy reñida. Ahora mismo ya se ha liberado el bloqueo informativo sobre el juego porque hay gente que puede acceder a él con dos días de anticipo, según la versión adquirida, y vemos como las notas tienden a ser de un notable alto. Ya no le pesa tanto la nostalgia, como lo hizo en la primera parte, y parece que ha sabido marcar distancias con Nathan Drake. Yo espero con ganar poder dedicarle las horas que se merece y os animo a contarnos vuestra experiencia si os hacéis con él.

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