Hace poco se puso en marcha Xbox All Access en Estados Unidos y quiero contaros por qué me parece algo peligroso para nuestro medio de ocio favorito. Pero primero debería contaros en qué consiste este servicio ¿no? Empecemos pues.
Xbox All Access nace como un nuevo servicio de suscripción de Microsoft para aquellos que no dispongan de una consola de su marca pero quieran acercarse a ella. Con este sistema, nos envía a casa una Xbox One S, con suscripción Gold y acceso al Game Pass por 22 $ al mes, cantidad que, la verdad, no es demasiado elevada teniendo en cuenta lo que valen estos servicios por separado.
Si mantenemos nuestra suscripción durante 2 años la consola pasará a ser nuestra y podremos darnos de baja cuando queramos; si lo hacemos antes, deberemos abonar lo que quede de pagar de la consola (lo que ellos hayan calculado). ¿Y si queremos una One X en vez de una One S? Pues muy sencillo, la cuota será de 35 $ al mes.
Si obviamos el hecho de que Xbox apenas tiene juegos interesantes exclusivos en esta generación (que no lo digo yo, que lo dicen los datos en sí mismos) puede ser un producto a tener en cuenta, sobre todo en un mercado como el norteamericano que se mueve por servicios de suscripción mensual.
En realidad estaríamos pagando por la máquina, el online con los juegos gratuitos que ello conlleva y el acceso a, de momento, algo más de 100 juegos directamente y sin abonar ni un duro más. Realmente para una persona que simplemente quiera el clásico "conectar y listo" que se inventó Windows... pues lo tiene hecho.
Si hacemos unos cálculos rápidos, 24 meses de Game Pass son unos 240 € (no he encontrado ofertas menores de 9,99€ al mes), 2 años al Gold son 120 y una One S son unos 270 €; tendríamos que, por separado, nos costarían unos 630 €, mientras que con All Access, 528 €. Si lo hacemos en One X la diferencia sería de 860 € por separado y 840 € con All Access.
Pero entonces ¿por qué empiezo la entrada con una opinión claramente negativa? Pues muy sencillo, porque sienta un peligroso precedente en los videojuegos. En un principio será "barato" para atraer al público y, como siempre, cuando mucha gente haya pasado por el aro, lo irán subiendo ya que no habrá otra forma de acceder.
A mí me siguen gustando los videojuegos en formato físico, soy coleccionista, ¿qué le voy a hacer? Pero no sólo por tenerlo en la estantería. Entiendo la practicidad del formato digital, la inmediatez que supone y todo eso, pero yo no tengo sensación de que ese bien me pertenezca porque ya no es un bien, es un servicio. Cuando la tienda digital deje de existir yo ya no tendré permiso para seguir jugando, no podré dejárselo a un amigo o comprar/vender de segunda mano.
Hay algunos movimientos que buscan integrar este sentido de la propiedad, a través de blockchain, en las compras digitales, pero de momento no han llegado y, además, con el precio tan elevado que tienen ahora mismo los juegos... no sé.
Y el Game Pass con el sistema "Netflix" tampoco me convence, pero de esto quería, hace tiempo, traeros un artículo de opinión. Entiendo que para bastante gente es una alternativa interesante, y no me niego a que existan sistemas así, pero no quiero que se convierta en la única alternativa.
Así que supongo que de momento este All Access puede parecer tentador en algunos hogares, pero yo os llamaría a esperar, a ver cómo resuelven varios problemas (como el qué pasa cuando hay un cambio de generación). Pero, sobre todo, os instaría a hacerle un poco de boicot cuando salga por estos lares, que no se piensen que vamos a pasar por cualquier aro. Otras veces ha funcionado y tenemos que entender que la sartén la tenemos los usuarios y no las compañías.
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