Poco a poco van cayendo juegos que tenía en el tintero desde hacía tiempo. El último de ellos ha sido este, Shadow of the Tomb Raider, ya que un amigo lo compró y lo he completado recientemente.
Shadow of the Tomb Raider es la tercera parte de la trilogía - reboot de la aventurera más famosa de los videojuegos, y la continuación directa de Rise of the Tomb Raider. Eso sí, esta última entrega no fue desarrollada por Crystal Dynamics, creadores de los dos títulos anteriores, si no que lo llevo a cabo Eidos Montréal, creadores de Deus Ex: Human Revolution o el olvidable Thief.
Una de las cosas que me llamó la atención tras la salida del título fueron las notas relativamente bajas y las valoraciones negativas del título por parte de la comunidad de jugadores, más teniendo en cuenta la gran acogida que tuvieron sus dos entregas anteriores. Y os adelanto que, aunque no me parezca el juego perfecto ni mucho menos, es una aventura más que disfrutable y de buen nivel. Vamos al lío.
Shadow of the Tomb Raider se sitúa poco después de los eventos vividos en Siberia durante Rise of the Tomb Raider. Lara y Jonah se encuentran en México, siguiéndole la pista a una pieza mítica buscada por La Trinidad y que se supone desencadena el Apocalípsis Maya. Tras esta introducción, y conseguir el objeto, saltamos directamente a las selvas de Perú, concretamente en la ciudad oculta de Paititi, donde impera la ley de una secta dedicada a la adoración del Dios Kukulkán.
Todo esto puede parecer muy atractivo pero, bajo mi criterio, es el punto más negativo del título. Y es que, con este marco tan llamativo, tenemos una historia que se diluye conforme avanza la partida, perdiendo el interés por ella ya que se desvía demasiado. Quizás uno de los motivos es la pérdida de linealidad en el título, ya que Shadow of the Tomb Raider se diferencia de sus anteriores entregas por presentar un mundo más abierto, con muchas misiones secundarias y el que prima la exploración.
Si realizas este cambio, debes implementarlo bien. Hay precedentes de como hacerlo y con un juego de temática y desarrollo similar; hablo, como es obvio, de Uncharted 4: El desenlace del ladrón y Uncharted: El legado perdido, dos juegos que han influido bastante en este reboot de Tomb Raider. En este juego en concreto esta influencia está mucho más marcada, con escenas que parecen salidas de uno de los juegos de Nathan Drake. El problema es que la historia de Shadow of the Tomb Raider no ha podido seguir el ritmo, y es que si vas a diluir todo tanto es mejor que copies la receta de tus dos precuelas.
Por otro lado, tenemos el gameplay como tal, en el que Eidos Montreál ha sabido dar un punto más y mejorar la experiencia totalmente. Tenemos un gameplay mucho más depurado, con situaciones más creíbles de enemigos y sigilo. ¿Se acuerdan del "sé uno con la selva"? Pues lo cumple.
Ocúltate, échate barro, trepa, embosca a tus enemigos. El juego prima totalmente el sigilo y, aunque tiene zonas con grandes cantidades de enemigos, es mucho más verosímil que sus anteriores entregas. Esta nueva Lara es mejor en todos los aspectos que la inexperta Lara de la primera y segunda entrega.
Trajes, muchos trajes. Para adaptarse a la selva tenemos la posibilidad de mejorar no sólo nuestro equipamiento y habilidades, sino el propio traje que llevará Lara. Y no influye únicamente a nivel estético, sino que lo hace a nivel de ventajas: ocúltate mejor, cubre mejor tu rastro, sé más rápido... hay muchas posibilidades de combinación (algunas totalmente horribles, todo sea dicho). Para hacernos con las piezas tenemos que buscar y explorar, golpeando de nuevo en el primer punto: más desviación, alargar más la partida, pérdida de la narración.
¿Y qué tal es el combate? ¿Existe profundidad y variedad? Por supuesto, al igual que en las dos anteriores entregas, las armas son similares, aunque pueden personalizarse mucho más. Y las opciones para combatir aumentan: mejores posibilidades para emboscar, tipos de flechas, utensilios y coberturas más variados... si Shadow of the Tomb Raider destaca en algo, es en todo lo referente al gameplay.
Por supuesto, qué sería de Tomb Raider sin las tumbas que explorar. Más grandes, variadas y con recompensas más allá de un coleccionable, ya que ahora tenemos habilidades que sólo se desbloquean al completar la tumba de turno. Eso y los dialectos: en Shadow of the Tomb Raider tenemos 3 dialectos: mam, quechua y yucateco. Estos 3 dialectos primitivos serán desconocidos al principio de la aventura pero, según avancemos, iremos conociéndolos con los murales y monolitos, pudiendo descifrar y conseguir ubicaciones.
Shadow of the Tomb Raider es un juego ambicioso dentro de la saga, un juego que ha intentado hacer el más grande es mejor y, en cierto modo, lo ha conseguido: su único escollo ha sido diluir la historia y perder mucho peso en este sentido. Podría haber sido un juego redondo, pero se ha quedado en otra aventura buena. En mi opinión, me sigo quedando con Rise of the Tomb Raider.
Eso sí, Shadow of the Tomb Raider es un juego muy recomendable, una secuela digna y un muy buen juego en el que invertir horas de exploración. Parece que Lara Croft ha vuelto para quedarse, y estamos encantados.
¿Y qué tal es el combate? ¿Existe profundidad y variedad? Por supuesto, al igual que en las dos anteriores entregas, las armas son similares, aunque pueden personalizarse mucho más. Y las opciones para combatir aumentan: mejores posibilidades para emboscar, tipos de flechas, utensilios y coberturas más variados... si Shadow of the Tomb Raider destaca en algo, es en todo lo referente al gameplay.
Por supuesto, qué sería de Tomb Raider sin las tumbas que explorar. Más grandes, variadas y con recompensas más allá de un coleccionable, ya que ahora tenemos habilidades que sólo se desbloquean al completar la tumba de turno. Eso y los dialectos: en Shadow of the Tomb Raider tenemos 3 dialectos: mam, quechua y yucateco. Estos 3 dialectos primitivos serán desconocidos al principio de la aventura pero, según avancemos, iremos conociéndolos con los murales y monolitos, pudiendo descifrar y conseguir ubicaciones.
Shadow of the Tomb Raider es un juego ambicioso dentro de la saga, un juego que ha intentado hacer el más grande es mejor y, en cierto modo, lo ha conseguido: su único escollo ha sido diluir la historia y perder mucho peso en este sentido. Podría haber sido un juego redondo, pero se ha quedado en otra aventura buena. En mi opinión, me sigo quedando con Rise of the Tomb Raider.
Eso sí, Shadow of the Tomb Raider es un juego muy recomendable, una secuela digna y un muy buen juego en el que invertir horas de exploración. Parece que Lara Croft ha vuelto para quedarse, y estamos encantados.
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