Lo que tiene quedarse sin wifi todo un fin de semana con toque de queda a las ocho de la tarde es que, lo quieras o no, al final te da por jugar algo y hacer el análisis. Gorogoa, una de mis últimas adquisiciones en la eshop que tenía en reserva para una de estas, ha sido el elegido en esta ocasión.
Gorogoa es uno de los juegos de puzles más aclamados de los últimos años, y siendo fan del género ya le tenía ganas. Aunque he evitado en la medida de lo posible ver nada (en parte porque a poco que veas ya te comes medio juego, que apenas llega al par de horas), con un simple tráiler ya te haces una idea de las mecánicas que se manejan. Tenemos un cuadro dividido en 4 casillas, y podemos mover las imágenes entre ellos como nos plazca.
Para resolver los puzles, a partir de un cuadrado/escena inicial se hace necesario acercarse o alejarse, descuajeringar el escenario en trozos y volverlo a ensamblar de diferentes formas. Se juega con las perspectivas y con los escenarios para ir avanzando, hay que buscar soluciones que en ocasiones requieren dar varias vueltas para entender cómo hacer las cosas, y en ocasiones se necesita pensar un rato en lugar de ponerse a toquetear como locos.
La dificultad no es demasiado elevada, siendo bastante fácil encontrar la solución simplemente clicando en las distintas casillas (si picas donde no hay nada te resaltan las opciones que hay) y únicamente encontrándo problemas en algún caso en el que hay varias opciones que requieren de un orden concreto.
Gorogoa además cuenta con una historia, un hilo conductor que enlaza varias de las escenas que encontramos para que no sean simples puzles aislados. Una especie de capítulo final se encarga de recopilarlas y ordenarlas para que no queden como migas sueltas por el juego, pero en cualquier caso no puedo decir que sea algo especialmente profunda o que aporte demasiado. Lo que sí aporta es el apartado artístico, con discretos pero bonitos dibujos para los escenarios (que por cierto se pueden ampliar para no perdernos los detalles) y una banda sonora intensa que te sumerge en el mundo que presentan.
Podría decir que Gorogoa ha cumplido con las expectativas que tenía, pero he de admitir que me ha sabido a poco, en parte porque dichas expectativas eran muy altas. Sé que era difícil de alargar (aunque cuenta con una especie de capítulos, se me haría complicado dejarlo en algún punto para no jugarlo del tirón), pero se me hicieron pocos puzles. Es cierto que al no haber separación entre cada puzle y el siguiente estamos hablando más bien de un único rompecabezas enorme, pero no llegué a sentir ese cosquilleo que llega cuando después de tener controlado un juego te encuentras con un puzle que requiere cambiar de forma de pensar, forzar a tu cabeza a crear una nueva mecánica para resolverlo. Eso, para mi, es la diferencia entre un buen juego y un imprescindible.
Comentarios
Publicar un comentario